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“La ciudad tiene dos puertas, una hacia el este y la otra hacia el oeste.[…] Pasando por un grupo de cipreses, dos de ellos áridos, y unos palos de telégrafos parecidos a los turcos, se llega a la puerta segunda, dirigida al oeste, llamada Pilio Porta, que se abre hacia la Campagna y Anti-Rhion. Tiene una entrada con una puerta chapada con tornillos, un epígrafe posterior de mármol en turco y un puente que pasa por encima de una especie de foso. Al lado hay un rudimento rectángulo de una torre con una vista preciosa a las montañas de Patras cubiertas de nieve y los alrededores fértiles hacia las colinas de tierra.”
“La mayoría de las casas de Lepanto parecen turcas, techos salientes encima de las puertas, canalones turcos, algunos decorados según la manera levantina, unos bordes de los techos de tablas y chimeneas a lo turco. Los techos están cubiertos de techas huecas y con piedras encima. Se suele emplear marcos de ventana de madera y persianas y muchas veces se ve una vid subiéndose por un balcón moderno. Al lado de las casas de suele encontrar naranjos, limoneros y almendros dentro de unos jardincitos; las callecitas están pobres y irregulares, excepto algunas inclinadas que suben hacia la fortaleza, sin pavimento pero llenas de escombros de edificios en ruina.”
“Aproximadamente a la mitad de la calle [ fuera de la Porta Metropoli en Hasaspiá] se encuentra a mano izquierda una fuente a donde llega el mismo agua que a la fuente de la ciudad. Al lado está la ruina de una mezquita, abandonado está el Mihrab y el interior lleno de zarzas.
En la parte oeste del castillo, a media altura, hallamos fuera de la murallas la fuente que mencionaba el Archiduque. Este lugar lo hallamos gracias al gran platanero que el Archiduque muestra en su grabado. Hoy en día sigue ahí, aunque se ve en la fotografía en parte tapado por el resto de la vegetación. Muy cerca de la fuente podemos ver un antiguo hammam y las ruinas de una mezquita, imagen que vemos a la derecha.
Una vez abajo vemos que ya no existe la puerta oeste de las murallas. Nos situamos en el lugar que se situaba y tomamos una imagen de lo que se ve actualmente de las murallas subiendo a lo largo de la colina. Desde ahí la playa está muy cerca, y desde la misma tomamos otra imagen de la misma zona de la muralla.
Pudimos cenar en el restaurante Papoulis que se halla en una pequeña calle al este del puerto. Aquí podéis ver alguno de los platos: feta con orégano y aceite de oliva y pulpo a la plancha.
La estancia en Lepanto, al igual que la de Corinto, es espectacular. Aquí podemos ver una de sus calles. Nos vamos con un maravilloso recuerdo y la imagen que nos deja de nuevo la muralla y el castillo de Lepanto desde el mar.
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