“El largo golfo de Slatina forma los límites de las colinas de laureles de Abazia. A través del profundo valle escarpado sopla casi cada noche el viento de tramontana que refresca la temperatura, mientras que en Abazia reina una calma absoluta.
En ocasiones el viento sopla aborrascado dando a los barcos que pasan por delante de dichas costas, en las salidas o las puestas de sol, una velocidades endiabladas. Es también el punto en que las olas son de lo más agitado con vientos del suroeste porque hay poca profundidad y los arrecifes se sitúan en ambos lados.
Un poco más lejos hay una doble altura a nuestras espaldas que se conoce como las dos hermanas; las dos alturas parecen como dos vírgenes cuyos senos parecen estar dirigidos hacia el sol.
A este lugar se le conoce como la dorada o la bahía de oro. Es una de las más bellas bahías de Slatina.”
Archiduque Luis Salvador de Austria, Feuilles volantes d’Abazia, P. Ollendorf, Paris, 1887
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