“El balneario de Pasquale está a unos pasos del hotel, resguardado por una punta de rocas, la segunda después de la iglesia.
La poca profundidad del mar y el fondo de arena muy fina y suave suponen una gran ventaja y los jóvenes bañistas prefieren este lugar antes que al del balneario principal.
En el dibujo del balneario he situado unas flores de jazmín, pues debido a los vientos de las tormentas y las olas saladas, todas las demás flores ya han muerto o se han desecado.
Por encima de mi cabeza, los viejos laureles extendían hace un tiempo sus largas ramas; estaban plantados en el jardín de Pepich que tenía por entonces el único cabaret de Abazia. Ahora el hombre si ha hecho mayor y la poesía de la Bettola, según el antiguo uso italiano, está transformada en un hotel moderno. Pepich a hecho construir un piso más en su casa y la ha alquilado, a un alto precio, siendo hoy el Hotel de los Turistas.”
Archiduque Luis Salvador de Austria, Feuilles volantes d’Abazia, P. Ollendorf, Paris, 1887
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