"Volvamos al cruce de caminos a la altura de Montuïri para tomar la carretera que se dirige a Felanitx por la llanada donde asienta la primera. Cruzamos numerosas plantaciones de higueras y viñedos y alcanzamos una colina coronada por un molino de viento, desde cuyo collado contemplamos la hermosa campa de Porreres con la prolongada cadena montañosa de Monti-Sion a la derecha y el hermoso macizo de Sant Salvador al fondo.
Llano adelante, entre higueras y almendros y atrás ya unos viñedos con vides cultivadas en vaso y afirmadas a pequeños tutores, la localidad de Porreres queda cada vez más cerca. Pasamos junto a una capillita renacentista y por una cruz de piedra nos adentramos en la localidad por el Carrer de Palma. Porreres, con 4.288 habitantes y 1.128 casas, 56 de ellas desiertas, 165 de una planta, 106 de tres y las restantes de dos, posee algunos edificios de gran presencia; la mayoría, no obstante, presentan ventanas pequeñas, como es costumbre, y grandes portales en arco de medio punto, a menudo adornado con un bello emparrado. En la parte izquierda de la placeta de l’Esglèsia se alza el imponente edificio de la rectoría con puerta rectangular, pilastras lisas y tres arcos escarzanos sobre columnas pseudojónicas. Más abajo queda la iglesia.
Queda a la derecha la torre del campanario dividida por cornisas simples en siete plantas, las dos últimas abiertas por dos ventanas ojivales cada una y unidas por el reloj de sol que comparten.
La iglesia de Porreres es una de las rurales ornamentalmente más ricas de la isla. Su interior, que se prolonga hasta 56 pasos, nos presenta una gran nave con bóveda de cañón sostenida por ocho arcos que descansan sobre columnas románicas lisas, mientras que por lado se abren seis capillas con sendos altares barrocos, salvo una de la derecha ocupada por un acceso lateral. La tercera capilla de la izquierda, debajo del órgano, presenta aún otra adicional; la cuarta se corona con una cúpula. La capilla mayor tiene forma de concha y su zócalo consiste de rojo mármol de Binissalem, mientras que en azulejos de Valencia aparece una representación de San Antonio en el Desierto. El barroco altar es presidido como el de la antigua iglesia por Nuestra Señora de la Consolación y los apóstoles Juan Bautista y Juan Evangelista. Los altares de las capillas laterales son asimismo de mármol, y dos aras a uno y otro lado del altar mayor muestran azulejos barrocos con imágenes de la vida de San Roque. A la izquierda, la cuarta capilla, de notables dimensiones y de estilo igualmente barroco está dedicada a la Virgen del Rosario. Dos capillitas más cabe ver aún debajo del coro sostenido por un gran arco escarzano. En la galería coral superior hay dispuestos 11 sillones por lado que, según reza la tradición, estaban otrora destinados a los Templarios.
Hacia el Sureste y a 1,5 millas de Porreres se encuentra la colina roma de Monti-Sion donde, según reza la tradición, fue inaugurado en 1348 un oratorio dedicado al misterio de la Visitación junto a una ermita; de ahí que cada año se celebre el 2 de julio una fiesta religiosa y popular a la vez con concursos y carreras.
Desde lo alto de la escalera se accede a un amplio patio, del que nace otro más pequeño en su parte izquierda con un pozo. En el atrio se encuentran las dos últimas estaciones del Vía Crucis y una imagen de la Mare de Déu. El patio porticado presenta arcos en tres de sus lados y seis del que da a la iglesia, donde dos construyen su entrada. Las cinco esquinas aparecen interiormente reforzadas por otros tantos arcos, y el centro es ocupado por una cisterna. En el lado delantero hay 12 estancias para los estudiantes, con alcoba con Mitjanada y una pequeña cocina, lavabo y perchero; encima de la alcoba hay un lugar para la conservación de la leña; hasta ocho estudiantes dormían en cada una de las alcobas. Otros alojamientos se destinaban a los profesores y los sirvientes, en total unas 20 habitaciones.
La iglesia, junto a cuyo portal se encuentra la última de las estaciones del Vía Crucis, es una construcción de estilo gótico cuya bóveda aparece dividida en tres partes por apuntados arcos con nervaduras simples entrecruzadas. La primera de las claves se adorna con figuras de santos, y las otras dos con escudos de armas, que se reproducen a uno y otro lado del primer arco. Lateralmente se abren dos capillas con bóveda de cañón apuntada adornada con capiteles con motivos foliáceos, construidas por los habitantes de Porreres y por los propietarios de la montaña, la familia Mesquida y Duzay.
Porreres es conocida por su cueva de Son Lluís, en la carretera que la comunica con Llucmajor, que deseamos visitar.
Son Lluís tiene un Celler con tres columnas de las que arrancan por pares sendos arcos de medio punto que sostienen la bóveda. La panorámica que se ofrece de la distante Cabrera y la mar infinita es particularmente hermosa desde este singular mirador cuya elevación hace que se domine asimismo toda la llanada en torno. A pocos pasos de la casa se encuentra la Cova de Son Lluís, cuya angosta entrada queda por encima de un frondoso pino, y desde la que se contempla la totalidad de Campos.
Damos con algo de agua, luego con dos estalagmitas popularmente conocidas como Es Frare y Sa Monja (el friale y la monja) y seguidamente aparece una amplia cámara, a la que sigue una segunda abierta y a la que se desciende con ayuda de una cuerda, antesala de una puerta que da al llamado Quarto des General, con hermosas formaciones estalagtíticas cual lenguas de fuego que descendieran de la bóveda. Un prolongado Estret (corredor) conduce a una nueva cámara con salida al fondo, sólo practicable a rastras, a una espaciosa estancia con numerosas estalactitas pendientes del techo. Aparece una nueva cueva, amplia y con vuelta a la derecha, con talud de tierra desprendida de las paredes, y al fin la estancia llamada Lo Guapo, conjunto de cámaras salpicadas de estalactitas y estalagmitas aisladas, algunas de curioso color acaramelado y configuración arboriforme, aquí y allá agrupadas en formaciones de espléndida coloración.
Felanitx cuenta ya entre las localidades más importantes de la isla con sus 6.684 habitantes y 1.867 casas, de las que 126 están deshabitadas. Airosa ocupa la cima de una pequeña elevación, y son proverbiales el donaire y la gracias de sus habitantes. En conjunto se percibe una atmósfera de bienestar y acomodo, debidos sin duda al buen resultado de sus numerosos viñedos y destilerías; en suma Felanitx es la localidad más hermosa del llano. La localidad cuenta con numerosas plazas. El Ayuntamiento, masiva edificación de piedra con escudo de armas y la fecha de 1702 en la fachada, se encuentra en la pequeña Plaça de la Constitució, que más diríase recoleta rúa.
El edificio fue notablemente ampliado en 1865 en la parte del ábside, y el nuevo altar mayor fue inaugurado en 1877. La construcción presenta una nave principal con siete contrafuertes entre los que se ubican las capillas laterales. El coro, en la parte trasera, asienta sobre dos contrafuertes por lado y dos arcos distales. De esa parte, pero a la izquierda, queda la conspicua torre, visible desde gran distancia, dividida en varias plantas por sendas cornisas perimetrales y con ventanas ojivales en las dos superiores; la remata una pequeña cúpula sobre la terraza que queda a 151,31 m. por encima del nivel del mar. Asciende a la iglesia una escalinata de quince amplios peldaños en círculo con balaustres de piedra con remate cónico a los lados. La fachada principal presenta un amplio tímpano gótico con reloj y dos obeliscos a uno y otro lado, rosetón con ventanal de colores y portal plateresco presidido por la efigie de San Miguel. Seis pilastras laterales sostienen sendos arcos góticos con nervaduras que se entrecruzan de manera simple. Los campos definidos entre los vanos acogen pequeñas lumbreras redondas. La iglesia presenta seis capillas a cada lado con bóveda apuntada y nervaduras simples, y dos más junto a la entrada por debajo del coro balaustrado. La tercera capilla de la izquierda, dedicada a Nuestra Señora del Rosario y de la que nacen aún dos más, es de hermoso estilo renacentista, con cúpula y altar en forma de concha. Es, junto con la del Beat Ramón Llull, a la derecha, la más ornamentada del templo.
El lugar más notable en las inmediaciones de Felanitx es el Puig de Sant Salvador, a 5,6 km. de distancia, para dirigirnos al cual abandonamos la ciudad de Felanitx por el Carrer Nou para tomar el camino de Santanyí.
Descrita una curva, el camino llega a una capilla conspicuamente interpuesta en mitad de aquel al lado de un almez, renovada en 1852, y donde los viajeros llegados a su altura suelen rezar un Salve Regina.
A la izquierda de la entrada seis escalones llevan a una terraza a la que se adosa un establo de sillares de marés con bóveda de cañón. Hermosa es asimismo la vista que se ofrece desde esa terraza sobre el Port y el promontorio que media hasta el último mirador, al igual que en dirección a Santueri, sobremirando una serie de cantiles erosionados a los que sigue un boscaje de pinos y las onduladas laderas que se suceden hacia Santanyí, con Cabrera al fondo, más allá de la uniforme llanura. La sierra des Castell de Santueri consiste de tres colinas, la primera verde de pinos y conocida por el nombre de Sa Comuna, la segunda la Des Castell, y la tercera, arromada, el Coll del Carritxó, al que sigue el cerrillo de la iglesia de la Alqueria Blanca y el alargado Puig Gros a la derecha de Santanyí.
El exterior de Sant Salvador es austero y en consonancia con el entorno. El majestuoso edificio presenta de la parte este, además de un atrio, un voladizo reforzado por dos contrafuertes, abrigo de un pozo, y otro saliente con tres ristras de ventanas que no guarda alineación con el primero; son numerosas las aberturas irregulares, enorme y muy conspicuo otro contrafuerte y desiguales en altura las tres dependencias adosadas y el voladizo ligeramente abovedado y sin ornato, fuera de unas pintorescas rocas que lo coronan cual sillares dispuestos en filas verticales, sobre todo en la parte trasera, que presenta tres series de pequeñas ventanas rectangulares y esquinas formadas por sillares. La elevada iglesia presenta de la parte sur más ventanas rectangulares irregularmente dispuestas y varias hileras de sillares en vertical; queda adosada por u saliente en ángulo a la hospedería, con tres ristras asimismo de pequeñas ventanas irregulares y que forman hacia el Este cuatro alas respectivamente provistas de dos grandes ventanas con balcón, la última de dichas alas conforma a su vez una especie de atrio.
Desde aquí se abarca una amplia panorámica que comprende desde la llanada que se extiende en dirección a cabrera y hasta Llucmajor; también se divisa el Puig de Randa y los altos que se suceden hasta la bahía de Alcúdia. Queda al frente la localidad vecina de Felanitx y algo por encima y a más distancia la de Porreres, luego la cadena montañosa que progresa hacia Artà, con su gran iglesia y la casa de la Possessió del Fangar.
No menos interesante que el propio Sant Salvador es el viejo castillo de Santueri, uno de las cuatro plazas fuertes medievales de Mallorca y la mejor conservada de todas. El camino que lleva a él desde Santanyí asciende hasta las inmediaciones de la gran casa de Possessió de Sa Coma, antes de penetrar en un collado poblado ya de olivos ya de algarrobos cerca de Can Burguera para discurrir seguidamente junto a unas casas, a la izquierda, con grandes huertos de naranjos a la vera.
El castillo presenta una entrada muy pintoresca: un portal en arco de medio punto plagado de troneras de defensa. Sigue una torre redonda con el cíngulo perimetral que daba soporte a las antiguas troneras y un parapeto al que conduce un corredor. El portal siguiente se conforma en arco ojival al que sigue un espacio vacío separado del recinto interior por un arco de medio punto que cierra una puerta hoy en muy mal estado de conservación.
El extremo norte del castillo al que aquí da frente la impresionante mole turriforme de Sant Salvador queda defendido por un muro que se proyecta en dos ángulos obtusos de vértice arromado provistos de troneras, partes del cual aparecen cubiertas con piedras dispuestas de manera inclinada.
El lado sur, el que da al mar, es sin duda el más interesante y mejor fortificado. Damos de entrada con una estancia abovedada, probablemente un antiguo Aljub o Casamata, por detrás de la cual se abre aún otra más pequeña. En una oquedad entre dos colinas surge un muro que forma dos salientes en ángulo obtuso y un entrante, agudo este, a cuyo redoso queda una profunda excavación, en otros tiempos cantera.
El llamado Camí de la Mar, entre chumberas y molinos de viento, comunica la localidad con el Port.
Tras una mirada retrospectiva al bello paisaje de Santueri y Sant Salvador iniciamos un suave descenso entre lentiscos hasta un antiguo hostal y el camino que conduce a la iglesuela de Portocolom, donde se celebra la Santa Misa cada domingo y en días de precepto. El pequeño templo de apuntado campanario se alza en una amplia plaza desde la que se goza de una hermosa vista del mar. En el interior presenta un arco de medio punto, hacia la mitad de la bóveda de cañón una capilla mayor que se angosta en profundidad, sobre la entrada principal un rosetón con cordón entrelazado y a la derecha de la nave un diminuto altar. Últimamente han sido construidas junto al puerto numerosas casas y almacenes que conjuntamente han dado lugar a una nueva y pequeña localidad.
Dejamos Felanitx por el Carrer Nou y tras dejar atrás una vieja cruz de piedra con tres escalones emprendemos camino franco hacia Santanyí. Cerca ya de Son Sureda pasamos junto a Cas Concos, que queda a nuestra izquierda; se trata de un pequeño caserío con unos 800 habitantes dependiente de Felanitx. Escoltada por unas pocas casas aparece la iglesuela de la Inmaculada Concepción de María Santísima, abierta al público en 1813 y construida en el lugar otrora ocupado por otra de data mucho más antigua, hoy desaparecida. En 1866 fue elevada al rango de iglesia sufragánea o vicaría de Felanitx. El templo es modesto, encalado en blanco, con 5 contrafuertes a cada lado y una pequeña torre piramidal en la parte trasera.
La Alquería Blanca es un lugar con 883 habitantes y 112 casas, dependiente de Santanyí de la que dista 5,5 km.
Nueve son los escalones que ascienden a la iglesia que nos presenta su fachada orientada hacia el mar, dos torres a los lados, un atrio formado por tres arcos en la parte delantera y un ábside que sobresale por la parte trasera. El interior forma una cruz latina con tres columnas rústicas y en sus modestos brazos se encuentra dos pequeñas capillas; a la derecha queda la puerta que conduce a la de la Comunión y al pie del arco que sostiene la gran cúpula estilizada y configura la capilla mayor conquiliforme se encuentran sendos altares.
Santanyí sita en unos arromados altos coronados por 12 molinos de viento cuenta con 2.534 habitantes y 710 casas, 10 de ellas desiertas, 9 de dos plantas y las restantes de una sola; como es común en el llano, todas con portal en arco de medio punto y la mayoría con sólo dos minúsculos ventanucos; no son pocas las que presentan huertecillos de chumberas en sus inmediaciones, y las hay con granados, higueras, almendros y algarrobos alrededor. Son comunes las anillas de hierro en las fachadas para sujetar a los animales de monta o tiro. Las callejas son irregulares y sin pavimentar.
Este gran templo está construido de piedra y es muy parecido al de Llucmajor. Su exterior es modesto, con un único portal en la fachada, dos ventanas pequeñas y un rosetón en lo alto. Los laterales aparecen reforzados por cuatro contrafuertes y en los extremos hay dispuestos sendos refuerzos turriformes. La cubierta de la iglesia se eleva 85,68 m. por encima del nivel del mar. En la parte trasera se encuentra la torre cuadrangular, abierta a cada lado en forma de ventana ojival, con remate cuadrangular en lo alto de la cornisa superior y cimera piramidal con adornos en los cantos. El interior se configura en forma de bóveda de cañón con nervaduras cuyas piezas cuneiformes intermedias aparecen rotas por ventanas cegadas. Columnas lisas de capiteles con tríglifos sustentan la cornisa superior y separan las cinco capillas laterales con altares barrocos; una galería para el coro queda encima de la entrada principal sostenida por un arco escarzano. La tercera capilla de la derecha está ocupada por el órgano barroco del antiguo Claustro de Santo Domingo en Palma y por una entrada lateral. Debajo del coro se encuentran dos capillas. La tercera de la izquierda, con cinco aras, muestra aún huellas del gótico original, hoy ornamentado y con cúpula en la parte superior. Hay un candelabro formado por pequeños vasos de aceite. Lo único notable en Santanyí es el viejo portal en arco de medio punto llamado Sa Porta Murada, en la plaza homónima, que algunos consideran de origen árabe aunque posiblemente date del siglo XVI cuando tuvo lugar la fortificación de la plaza.
Muy cerca de Santanyí, al suroeste de esta y a sólo 2,7 km. de distancia se encuentra la pequeña localidad de Llombards, aldea que cuenta con 350 habitantes y 116 casas, 20 de ellas de una planta y las restantes de dos. La iglesia de Llombards fue inaugurada en 1789; muy parecida a la de Calonge, presenta una bóveda sostenida por tres arcos y un solo altar, dedicado a la Inmaculada Concepción. A todas luces insuficiente por el aumento poblacional experimentado, ya han sido confeccionados los planos de una nueva de próxima construcción.
La finca más importante de Santanyí y de hecho la más grande de toda la isla es la llamada La Vall de Sanyanyí, perteneciente al Marqués del Palmer. Se encuentra cerca del mar, al abrigo de los numerosos pinos y lentiscos que coronan las dunas costeñas. Cubierta en su mayor parte de matojos, cuneta al menos con una vasta Tanca dedicada al cultivo de cereales. La casa de La Vall o s’Avall, presidida por un airoso campanario, es de grandes dimensiones pero de aspecto moderno, con Clastra y torre cuadrangular unida a la vivienda por un arco ojival, antes puente levadizo, desde el que de goza de una espléndida vista del entorno. Sa Vall posee numerosas y extensas dependencias, entre ellas un gran aprisco con cubierta sostenida por 15 arcos, un enorme gallinero y una pocilga con 18 porquerizas, cada una con dos puertas. Notable es asimismo la gran plantación de chumberas. No lejos de Sa Vall se encuentra la Torre de Na Gosta y el estanque de Ses Gambes, de agua salada y espejo de 300 hectáreas, sin comunicación visible con el mar."
Archiduque Luis Salvador de Austria. Las Baleares por la palabra y el grabado. Mallorca: La isla. Ed. Sa Nostra, Caja de Baleares. Palma de Mallorca. 1.982.
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