"Vamos ahora a descubrir la otra parte de la ciudad, la Vila d’Abaix, un distrito limitado en parte por el Carrer Sant Jaume. Esta calle, larga y estrecha, está formada por antiguos y muy característicos edificios, constituyendo la vía más aristocrática de Palma. A su misma entrada se encuentra la gran casa Despuig, con su fachada enlucida, de hermosa arquitectura, desván corrido de columnas octagonales y alero de doble viga. El patio, muy espacioso, no muestra nada de particular como no sea el sobradillo que protege la escalera con artesonado de casetones. Enfrente de esta casa está la que pertenece al Sr. Maroto, también con la fachada enlucida, doble arco redondo, balcón con barandillas de hierro, desván corrido con columnas redondas y alero; en el entresuelo hay dos ventanas de estilo Renacimiento con caras esculpidas y los blasones de la casa, y mucho más alta una ventana gótica. Hay también aquí un sobradillo sobre la escalera con figuras esculpidas en las jambas. A la izquierda de la calle hay una casa ricamente ornamentada de estilo Renacimiento, cuya fachada es toda de piedra de Santanyí, y que pertenece al Comte de San Simón, con mármoles mallorquines rojos y negros, especialmente de Artà y Binissalem, lo mismo que la entrada y el patio con columnas de mármol embutidas y escalera también de mármol. Tiene una torre, provista de reloj, que tiene la forma de un prisma rectangular alargado que termina en una especie de terraza. Delante está la casa del general Cotoner, modernizada, con un blasón barroco, pero muy hermoso.
A mano izquierda, y un poco más arriba, está la casa del Duque de la Unión de Cuba, modernizada en lo que afecta a la puerta y ventanas, pero conservando restos de su arquitectura gótica, especialmente hermosas ventanas coronelles de tres arcos, con doble columnita. En el patio, con cuatro arcos rebajados apoyados sobre columnas, está la elegante escalera con pasamanos de piedra, abriéndose a este patio siete ventanas del tipo dicho, también tres arcos con capiteles ornamentados diferentes; la mayoría de estos capiteles son nuevos. De estas ventanas hay cuatro que están juntas, y otras tres situadas delante de las primeras, y una en cada una de las fachadas del patio. En esta calle, a la derecha, está la iglesia de Sant Jaume, que tiene una pequeña plaza delante. Siguen unas cuantas casas con aleros, y una de las casas de la izquierda tiene desván corrido con columnas octagonales como apoyo del alero. A este lado de la calle está la nueva casa Torrella cuya fachada, construida toda de la preciosa piedra de Santanyí, fue proyectada por Peironnet, con figuras no muy bonitas esculpidas en los tímpanos de las ventanas.
El Carrer de les Caputxines baja hasta el Born y tiene varias casas con aleros apoyados sobre columnas octagonales. La casa que hace esquina al Carrer d’En Campaner tiene el desván corrido con columnas redondas, tres hermosas ventanas coronelles triples y una ventana gótica esculturada en el primer piso; su portal es de medio punto y a la izquierda, frente al entresuelo, una ventana de estilo Renacimiento bastante hermosa, con figuras esculpidas. Más arriba, a la izquierda de la pequeña Plaça de le Caputxines, donde está el convento e iglesia de ese nombre, se encuentra la casa del Sr. O’Neylle, con un gran portal de arco redondo, balcones con barandas de hierro y desván y alero apoyado sobre columnas octagonales.
Si volvemos ahora a nuestro punto de salida, el Carrer de Sant Jaume encontraremos, saliendo del Born, el Carrer de la Concepció. A mano derecha, nº14, hay una casa grande cuya fachada remata un desván corrido de columnas octógonas y alero; su portal es de medio punto, pero todo lo demás de la entrada es moderno. A la izquierda, en el punto de donde sale el Carrer de l’Aigua, del que hemos de hablar después, el de la Concepció forma un ángulo muy agudo donde, junto a un huertecillo de limoneros, existe una fuente de cubierta piramidal llamada la Font del Sepulcre, porque en dicho lugar se levantaba antiguamente la iglesia de este nombre. Se cree que la pequeña iglesia del Sant Sepulcre, demolida, y de la cual se conservan cinco bajo relieves en poder del Sr. Felip Puigdorfila, había sido la mezquita de la época de la conquista, llamada Dalguiveni.
La iglesia, que todavía conserva su antiguo frontis románico, subsistió hasta 1843, fecha en que fue convertida en almacén primero y después en aserradora.
Un poco más arriba y a mano izquierda se halla el Convent de la Concepció, con cuatro ventanas coronelles tapiadas. Frente al convento está la casa nº69, que es muy grande, con un gran portal de medio punto, balcón modernizado, 26 columnitas octagonales como apoyo del alero que la remata y un patio muy bello con arcadas rebajadas sostenidas por columnas con capiteles ornamentados con blasones; a la derecha del zaguán está la escalera que termina en una hermosa galería con techo artesonado. Tanto esta terraza como las tres ventanas que se abren al patio tienen hermosos balaustres. Un poco más arriba y a mano izquierda se encuentra la Esglèsia de la Concepció, y a mano derecha una casa muy antigua con la fachada muy sencilla, pero de piedra, cortado el muro por dos molduras en declive y dos ventanas coronelles de tres arcos preciosos. A partir de este lugar la calle sólo tiene empedrado su centro, estando todo el piso de la misma muy abandonado. Merece ser mencionada la casa n98, con su portal redondo, desván de columnas octagonales y alero, porque todavía se pueden ver en su fachada los restos de cuatro ventanas coronelles de cuatro arcos que corresponden al primer piso.
La calle, al llegar a la Murada, se ensancha formando una plazoleta sin afirmado. Sigue desde este punto, y a lo largo de la Murada, el Carrer de Ses Rafes con sus pintorescos grupos de casas, y a mano derecha el Hospici: después de pasar un pequeño huerto de limoneros se llega a la Porta de Jesus.
En el Carrer de Cavalleria hay una casa, nº15, con entrada de arco redondo y hermoso patio con dos grandes arcos muy rebajados, casi planos, y encima de la escalera columnas salomónicas con cestillos entallados. Sigue la casa nº19, con portal de arco redondo, patio con una hermosa escalera con sobradillo con artesonado. Desde esta calle, después de atravesar la plazuela del mismo nombre, se llega al Carrer del Jardí Botànic, con el jardín, a mano izquierda, que antes debió servir de jardín botánico. Desemboca en la plaza de Santa Magdalena, donde está la iglesia de este nombre, desde donde arranca una cuesta sin empedrar llamada Carrer de la Beneficència a cuya derecha se encuentra el oratorio del Camp Roig; termina en la Plaça del Hospital, el sito más eminente de la Vila d’Abaix y donde está la entrada del Hospital. A la derecha está el manicomio, que coge buena parte del Carrer de la Misericordia, construido recientemente.
Al oeste del Carrer de la Concepció está el pobrísimo Carrer Bonaire, llamado así seguramente por ironía pues, exepto por una fábrica que hay a su derecha, nada ofrece de particular, y el Carrer de Sant Martí, sin empedrar como el anterior, con una fundición a la derecha y los muros de algunos jardines.
Archiduque Luis Salvador de Austria. Las Baleares por la palabra y el grabado. Mallorca: Ciudad de Palma. Ed. Sa Nostra, Caja de Baleares. Palma de Mallorca. 1.982.
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