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Desde Santa Eulàlia hasta el noreste y vuelta a Conqueridor (6)

"Volvamos de nuevo a nuestro punto de salida, tan repetidas veces mencionado, a la Iglesia de Santa Eulàlia, para tomar el Carrer de la Plateria, en el que abundan tiendas y más tiendas con sus mostradores llenos de una infinidad de joyas y objetos de oro y plata. Esta calle termina en la de la Bosseria, de la cual sale, casi frente a la citada de la Plateria, el Carrer de Cererols. Esta calle es muy corta y de casas modernas y tiene enfrente el Carrer del Racó que da dos vueltas antes de desembocar en la escalera Carrer del Teatre que, a su vez, tiene una estrecha entrada a la Plaça d’Abastos. Esta plaza es completamente nueva y está rodeada de pórticos. El mercado, inacabado, ocupa el solar donde estuvo el convento de Sant Felip Neri. Cruzando la plaza por su centro se encuentra en la misma dirección el Carrer de Sant Miquel.

La calle se ensancha al pasar por delante de la Esglèsia de Sant Miquel y después de algunas bocacalles se ensancha más aun y encontramos a la derecha el claustro de Sant Antoni de Viana, y después el del Presidi con la iglesia del Olivar en la plazuela de este mismo nombre.

Al final de este barrio se encuentra la espaciosa Plaça de la Porta Pintada, que toma su nombre de la puerta vecina. Se levantan en ella casitas de planta baja y los viejos muros de los conventos. De esta plaza arranca una ancha y larga calle, llamada dels Oms, que baja hasta el mismo final de la Rambla, cerrando todo un distrito de la ciudad que termina en las proximidades del Teatre y de la Plaça d’Abastos. Como esta zona está situada mucho más baja que el Carrer de Sant Miquel, todas las calles que con ella la unen tienen pronunciada pendiente. Por lo que se refiere al Carrer dels Oms, que no está empedrado, hay que notar que entre algunas casas modernas existen otras antiguas y mal construidas. Hacia su mitad forma una especie de plazuela junto a la entrada de la calle de la Missió, y poco antes de su final, y a mano derecha, el Carrer de la Plaça de Toros, atravesado por uno de los arcos del acueducto que sigue a lo largo de la Murada coronada de agaves.

Aprovechamos la ocasión de encontrarnos en la calle dicha para echar un vistazo a la Plaça de Toros. El edificio en relación con otros análogos de España es sólo una pequeña arena, a pesar de lo cual caben en ella 9.500 personas en sus tendidos generales.

Si retrocedemos ahora hasta la Plaça d’Abastos nos vamos a encontrar, a la salida del Carrer de Cererols, en el Carrer d’En Jaume II, que forma con el antes mencionado Carrer de la Plateria y la Plaça de Cort un barrio de calles estrechas, pero de mucha vida comercial. Sus casas son casi todas modernas de balcones, pero por excepción, en el Carrer dels Fideus, donde hay muchos obradores de pastas para sopa, y en el Carrer del Paners pueden verse todavía un par de casas antiguas porticadas, con columnas cuadradas. Actualmente una calle nueva, la de Juan Odon Colom, atraviesa todo el barrio desde la plaza de Cort hasta el Carrer de Cererols.

Desde el Carrer de Sant Bartomeu baja al Mercat el carrer d’En Berga, en la escalera limitada en parte por el jardín de la casa Safortesa, por encima de cuyo paredón sobresale un enorme pino negral. Debajo del arbotante en que comienza la calle puede verse una ventana de estilo Renacimiento.

Desde el Carrer Conqueridor baja otro en escalera, el d’En Pizà, al estrecho Carrer d’En Quint, al que sigue el de Sant Nicolau, con hermosos comercios, particularmente joyerías. Sus edificios son casas modernas de balcones; sólo a la izquierda está la gran casa Vives, con una torre elevada que muestra restos de una coronella de dos arcos. A mano derecha se encuentra la iglesia de Sant Nicolau entre dos calles: Orfila y la del Mercat, que como en el Carrer dels Guixers, son de casas modernas, poco interesantes, a excepción de la casa del Sr. Mercadal. A la derecha está la calle de Brondo, de casas modernas con balcones, aunque a mano izquierda hay una casa grande con desván, de columnas octagonales sosteniendo el alero. Al desembocar esta calle en la de la Unió se encuentra la casa Brondo.

Volviendo ahora a nuestro punto de salida, el Carrer del Conqueridor, encontraremos una bajada desde la Plaça de Sant Domingo, que corre en parte a lo largo del Carrer del Conqueridor, con el que comunica por dos escaleras que tiene a ambos extremos. El corto Carrer del Rosari le une con la plazuela de este mismo nombre, donde en un callejón sin salida hay una casa modernizada con una lápida dedicada a Joan Crespí, paraire.

Para terminar demos una mirada a la ancha y moderna calle del Conqueridor, una de las vías más amplias de la ciudad, cuesta sin empedrar, con edificios de balcones modernos. A la derecha está el casino de la burguesía (Círculo Mallorquín), con una fuente a su lado."

Archiduque Luis Salvador de Austria. Las Baleares por la palabra y el grabado. Mallorca: Ciudad de Palma. Ed. Sa Nostra, Caja de Baleares. Palma de Mallorca. 1.982.

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