"Iniciaremos la descripción de las artes de pesca con la simple caña y el anzuelo (“ham”), que puede tener una longitud de incluso más de 3 pulgadas, según la especie que se pretenda capturar. La pesca al curricán, muy común en todo el Mediterráneo, se practica con unos anzuelos cubiertos con plumas blancas de paloma o gaviota, tal como aparece representado en las figuras I y II de la primera ilustración. Estos son fijados en popa mediante un cabo con el que se unen las liñas con un hilo de seda, “pel obrat”. Al ser arrastrados por la embarcación generan unas burbujas que atraen a los peces que en su avidez los engullen.
Otro tipo de pesca de caña se dice al “volantí”, modalidad usada también en Mallorca para pescar desde las rocas. Habiéndola descrito ya en el libro de Eivissa, no incidiremos más sobre el tema.
Otro tanto cabe decir del “palangre” que se utiliza desde la barca, bien cercana a la costa bien en alta mar. Los hay de diferente tamaño y tipo según el cebo que se quiera usar y la especie buscada. Así se encuentra con “palangres” para pescar congrios (“congres”) y “morenes”, otros para sargos (“sargs”) y dentones (“déntols”), y otros más para los diversos peces finos fuera del “peix blau” (pescado azul); casi todas las especies son capturadas con este aparato. La pesca de palangre es realizada durante todo el año y las capturas que reporta gozan de gran predilección.
Los pulpos (“pops”) son capturados con la “fitora” (tridente), de la que nos presentan diversos tipos las figuras III, IV, V y VI de la primera tabla. El palo, comúnmente de varios metros de longitud, suele ser de caña. Al pescar suele hacerse firme en la punta de hierro un cordel, cuyo objeto no es otro que evitar la pérdida de aquélla si al tirar de la presa la caña se rompe. Para mejor distinguir a las presas asentadas en el fondo, el pescador de “pops” y “sípies” deja que una pluma impregnada de aceite gotee en la superficie de las aguas al tiempo que avanza lentamente con su embarcación, “fitora” en alto y presto para ensartar la presa.
Es mucho más importante la pesca con nasas “nanses” hechas de caña. Además de la abertura cónica inferior, en la superior presentan otra cubierta con una tapa del mismo material, que sirve para introducir el cebo y extraer las presas. Según la especie acechada, varía el procedimiento de pesca, así como la configuración del arte.
La xilografía anterior representa semejante “andana de nanses” aunque estas son en este caso campaniformes. Las vemos perfectamente detalladas en la figura VIII, cabe tan sólo añadir que tienen una altura de 2 metros y un diámetro inferior de 1 metro y que son perfectas para la pesca de langosta. Con la “colla de nanses”, igualmente representadad en la xilografía anterior, se capturan jureles (“sorells”) y besugos (“besucs”); este método se distingue del anterior en que las artes no están depositadas sobre el fondo sino que flotan a una determinada profundidad entre dos aguas.
Entre la variedad de redes de pesca usadas en la isla destaca el boliche (“bolitx”) (la “chabega” de los ibicencos), representada en la figura XII de la tabla ilustrativa. La hilera de corchos en su extremo sirve de boya para señalar la posición de la red que, no obstante, es a veces calada incluso sin flotadores. El tamaño del “bolitx” varía, pero por lo general presenta un largo de 16 a 25 metros, con laterales que pueden llegar a medir entre 120 y 160 metros. Se lanza al mar desde la embarcación, de tal modo que desde el punto de inmersión forme un ángulo a una distancia de ½ de milla de tierra; y se recoge tirando de los cabos atados en sus extremos, para lo cual los pescadores se ayudan de una especie de banda que les rodea el pecho. Son múltiples las especies que se pescan con “bolitx”."
Archiduque Luis Salvador de Austria. Las Baleares por la palabra y el grabado. Mallorca: Parte General. Ed. Sa Nostra, Caja de Baleares. Palma de Mallorca. 1.982.
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