“Las rocas del camino que conducen al faro muestran grietas llenas de toba pulvurenta similar a las del lado Sur de la isla.
En el camino se encuentran esparcidos numerosos fragmentos de roca caliza de color gris, que proceden de los sillares que trajeron sin labrar desde Castellón para trabajar el faro.
A la derecha se ve la llamada caserna – a unos 200 metros del faro – edificada para alojar a los trabajadores encargados de la construcción del faro, y que hoy sirve en parte como vivienda – para uno de los cuatro torreros – y en parte como almacén.
Tiene 30 metros de longitud, 3,5 metros de altura hasta el remate del tejado y 3,10 metros de fachada; la anchura interior es de 5,30 metros …
La Sala de la Virgen – de 18 metros de anchura y 20 metros de largo – sirve de almacén donde se guardan los barriles de parafina, y su suelo está empedrado con rocalla”.
Urios, G., Nachtwey, J., Traducción, Columbretes, 1895, Ed. Exmo. Ayto. Castellón, 1990