“A partir de 1860, los conejos fueron llevados en varias ocasiones a Columbretes, donde se adaptaban fácilmente y se multiplicaban con rapidez.
Tan rápido como se multiplicaban también perecían. Actualmente deberían encontrarse en la isla un total de 100 conejos como máximo … Los torreros todavía persiguen hoy a los conejos, por lo que éstos suelen salir con precaución de sus madrigueras y, por lo general, sólo al atardecer”.
Urios, G., Nachtwey, J., Traducción, Columbretes, 1895, Ed. Exmo. Ayto. Castellón, 1990