“Se llega a la profunda Cala de Biniparraix, cuya embocadura está orientada hacia el suroeste y que tiene forma de concha. En los acantilados a mano izquierda se ven ocho cuevas, unas con boca redonda y otras cuadrada, hacia el exterior y hacia el interior; las situadas en la parte superior no pueden alcanzarse sin escalera. Destacan, en la parte superior, la Cova de Moro y la Cova de Forma.
Cala Canotell es bastante amplia y profunda. Un poco más lejos en los blancos acantilados rocosos se abre una oscura cueva con estalactitas, por encima de la cual se levantan ásperas escarpas rojizas y negruzcas. Tiene todo el aspecto de una basílica de cúpula natural.
La Cova de Sant Josep tiene una extraordiaria extensión, y por el maravilloso colorido que se aprecia en su interior recuerda la Gruta de Capri. Se llega luego a Cala en Porter. Junto al Bec de s’Atalaya los acantilados alcanzan una importante altura.
Arribamos después a la Caleta de Lluchalari, especie de Reconada, formada por acantilados de menor altura, con doce artísticas cuevas que se abren hacia el mar, y más adelante llegamos a Cap de ses Peñas.”.
Archiduque Luis Salvador, Menorca, 1897, La Foradada, 2000