“La Punta Rabiosa constituye una extensa estribación de reclinados bordes formados por rocas blanquecinas y está partida por una quebrada recubierta de pinos; en el punto en que esta quebrada parte en dos un cerrito se ven depósitos de formaciones calcáreas radicosas en sus rocas.
Hay diversas calas adentrándose en la tierra. Es digno de mención el hermoso túnel denominado Pont d’en Alí, del cual cuenta la crónica que un moro llamado Alí que realizaba frecuentes incursiones en la región para robar, escondía su galera bajo este puente natural.
Llegamos ahora al puerto de Santa Galdana, hermisísimo y bien protegido del viento.
Desde las laderas del otro lado del ancho río, por debajo de la casa de En Sala Misas, se tiene una hermosa panorámica del puerto.
Para acceder alas cuevas de Cala Macarella hay un sendero que a trechos se esconde entre las rocas.
La última de estas cuevas es una de las más hermosas y mejor conservadas de la costa; tiene dos portales de entrada y un ventanuco central y consiste en una cueva en forma de concha con una columna en el centro, dos grandes divisiones y muchos nichos.
Cerca de encuentra el faro de Dartuix.
Desde Cala Blanca la orrilla se extiende flanqueada por acantilados bajos y negruzcos, retirándose tierra adentro de trecho en trecho. Viene a continuación Cala Sant Andria, hermosa y grande, dominada por una torre”.
Archiduque Luis Salvador, Menorca, 1897, La Foradada, 2000