La costa de Paxos
13/05/2013 9:52:08
Desde que leímos el libro del Archiduque nos habíamos hecho a la idea de que la costa de Paxos iba a ser espectacular, especialmente la parte oeste de la misma, que es la primera que vimos al atravesar el mar Jónico desde el estrecho de Messina.
El hecho es que no sólo ha superado las expectativas paisajísticas, sino que además nos ha ofrecido la inesperada sorpresa de poder avistar un par de focas monje, Monachus monachus, a unos treintena de metros de la neumática, raro privilegio que hemos vivido de forma intensa. Han salido dos veces a respirar, justo varios segundos, y han desaparecido rápidamente.
Empezamos la vuelta a la isla saliendo de Porto Gaios hacia el norte a lo largo de la costa este. Dicha costa está formada por colinas suaves con una vegetación exuberante que nos recuerda las islas del sur de Croacia, tanto Mljet como las islas del canal de Kolocep. Vemos asimismo como varias playas se van sucediendo a lo largo de la costa.
Llegando a Logos nos llama la atención la chimenea de una fábrica abandonada que se observa a la derecha de la bahía. Dicha fábrica no existía cuando el Archiduque realizó el libro de Paxos. La zona del muelle de Logos, con pequeños cambios, mantiene el aspecto que ofrecía en la época del Archiduque.
Salimos de Logos hacia Lakka que se encuentra muy cerca. En Lakka los cambios son mayores que en Logos y observamos asimismo muchos más barcos en la bahía.
Salimos del puerto de Lakka para dirigirnos hacia la costa oeste de Paxos. Después de girar la Punta de Lakka podemos ver el faro de Lakka.
Después de dejar atrás el faro ya nos encontramos muy cerca de las cuevas de las focas con unos grandes acantilados, impresionantes, que se adentran en la zona en que se hallan dichas cuevas.
La entrada de la gran cueva de las focas tiene unos 15 metros de altura, enseguida que entramos se nota el olor a azufre que va aumentando al penetrar en la misma. Desde dentro la vista es espectacular.
Sigue después la bahía de los Eremiti en cuya playa, mientras estábamos observando las escaleras, pudimos ver a las dos focas que salieron unos instantes a respirar. En la entrada de la bahía vemos los arrecifes que el Archiduque tomó desde el interior de la bahía.
Las cuevas de Achai son un lugar muy atractivo por el juego de luces que se crea en su interior. Una de ellas, la segunda a la derecha, tiene el techo derruido y deja entrar la luz del sol. El archiduque tomó una de las imágenes del interior desde la playita de piedras que se observa iluminada por el sol.
En el Ortholiton se halla una colonia de gaviotas que se sintieron amenazadas cuando pasamos entre la costa y el mismo con la neumática, y así nos lo hicieron saber. Justo después del Ortholiton se halla la cueva desde la que tomamos la imagen.
Siguen las formaciones rocosas de StoAgerla y Nissaki que encontramos al observar de forma concienzuda la costa en nuestro recorrido en neumática. En cambio no conseguimos dar con la cueva de Achandacha …
Nos encontramos enseguida con el majestuoso Sto Generalatu y después con las formaciones rocosas de Kathisma.
En resumen, un día precioso alrededor de la costa con la guinda de haber podido avistar un par de focas monje en Eremiti.
