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“Los Panarelli, situados a poca distancia del Dattaru, son pequeños escollos negros de naturaleza esponjosa. Forman cuatro pequeños grupos con otros escollos aún más pequeños, catorce en total.
La Lisca nera (Isca nera), situada al sureste del Dattaru, es una roca pequeña, alargada de piedra dura ennegrecida por el paso del tiempo y por el mar. Al nordeste de la misma se hallan dos escollos, los Scuogghi d’ ‘a Isca niura, y al oeste otros tres escollos, los Scuogghitti d’ ‘a Isca niura. En medio la pared, de piedra de conglomerado, tiene un pequeño agujero, y en la punta noroeste hay bloques rocosos que han ido cayando uno encima de otro.
El Bottolo o Bottaru es un islote alargado que se extiende de sudeste a noroeste. En la parte meridional es más liso, menos alto y arenoso; en el noroeste, por el contrario, se eleva en una pequeña cima. Cerca del Bottaru se halla, a una profundidad de cinco braccia, una fuente en ebullición, la Quadari di Bottaru.
La Lisca bianca (Isca janca), situada a poca distancia de Bottaru, es, después de Basiluzzo, el mayor de los islotes de las Lípari (p.27)”.
Archiduque Luis Salvador, Islas Lípari, 1895, Traducció Associació Amics de l’Arxiduc, 2008
Pasamos por delante de la Lisca Nera que también ha sufrido una gran erosión. Tenía hace cien años un agujero entre la roca que ahora ya no existe. Bárbara nos dice que hace unos 30 año aún se podía ver. Es una de la zonas donde la erosión se ha dejado sentir con más fuerza.
Después nos encontramos en frente del Bottaro y la Lisca Bianca. En esta zona se existe actividad volcánica con cierto riesgo. Se pueden ver, tal como en Puortu Livanti, burbujas que surgen del fondo marino.
Algunas de las imágenes de la Lisca Bianca nos recuerdan a los colores de la ladera del Monte Pelato, aunque con un tamaño mucho menor, que se encuentra en Lípari.
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