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Petra, Sineu, Llubí, Sant Joan, Llorito y Costix (24)

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Lo que dice el Arxiduc:

"Petra con 2.104 habitantes cuenta con 703 casas, 48 de ellas desiertas, 6 de dos plantas y las restantes de una sola, todas pequeñas y grises, con portal en arco de medio punto y por delante de las cuales discurre una especie de acera donde el terreno ha sido afirmado con cascajo. Hay una plazuela con un largo abrevadero para los animales. La parroquia de Petra es una de las más antiguas de Mallorca y aparece citada ya como Sant Pere de Petra en la bula de Inocencio IV del año 1248. Está reforzada a cada lado por ocho contrafuertes unidos mediante arcos techados. También a uno y otro lado de la fachada delantera dividida en cinco plantas hay sendas torres octogonales con ventanas en lo alto. La de la izquierda no ha sido ampliada. Cuenta con un portón ojival inconcluso, por encima del cual hay un rosetón enorme pero poco agraciado que corta la cornisa que forman las plantas tercera y cuarta. En la parte posterior del coro se adosa una torre sexagonal cuyas dos plantas superiores se abren en una pequeña ventana ojival en el lado estrecho y dos en el ancho. El interior, totalmente de piedra, es hermoso y se configura como nave única de estilo gótico. La bóveda está sostenida por siete arcos ojivales con ancha quilla, como la de las nervaduras que se entrecruzan en lo alto de manera simple.

La galería que queda encima de la entrada principal presenta un ancho arco escarzano y bóveda con nervaduras simples entrecruzadas. A uno y otro lado de la nave se abren siete capillas, una de ellas interrumpida precisamente por la presencia de dicha galería. Otra, de data más antigua y en la parte izquierda, está dedicada al Nacimiento de Nuestra Señora, y la que del mismo lado aparece en primer lugar aloja la pila del Bautismo. Antigua es asimismo la primera de la derecha, dedicada a los santos Cosme y Damián, y espaciosa y con cúpula en lo alto es la cuarta de la izquierda, cuya contralateral está ocupada por un portal y por el órgano; todas sin excepción muestran altares barrocos.

Sineu cuenta 2.803 habitantes y 854 casas, 31 de las cuales aparecen desiertas, 114 son de dos plantas y las restantes de una sola, todas con portal en arco de medio punto y pequeñas ventanas con antepecho. Atraviesa la localidad todo el Carrer Major, y la parte de Sineu que queda separada por el valle recibe el nombre de Son Ramis. La iglesia parroquial de los Ángeles, una de las más antiguas de Mallorca, se encuentra en la pequeña e irregular Plaça de la Constitució. Presenta un hermoso portal y contrafuertes laterales unidos por arcos. En la parte derecha se alza una robusta torre con dos hileras de ventanas ojivales, cimera piramidal y terraza que se eleva 175,25 m. por encima del nivel del mar. El interior se configura en forma de nave única sostenida por 14 columnas, con arcos ojivales y nervaduras que se entrecruzan en lo alto de manera simple. Preside el altar mayor una imagen de Nuestra Señora de los Ángeles que data del siglo XVI. Al fondo de los dos brazos del crucero se disponen hoy sendos altares góticos. La iglesia presenta cinco capillas laterales, la primera de la derecha tomada por la entrada lateral, y un coro barroco encima de la piramidal.

Pero Sineu cuenta con más iglesias, la más interesante la del convento de las monjas, que ocupa el lugar que otrora fuera del viejo alcázar de los Reyes de Mallorca, en parte conservado. Sineu, antes Sixneu, una de las seis localidades ya existentes antes de la llegada de Jaume I, y aún en tiempos de los romanos, se ganó las preferencias de los reyes de Mallorca por su situación central y bondad del clima, razón que les movió a ordenar la construcción de un alcázar en el que, sobretodo Jaume II y Sanç, gustaban pasar largas temporadas.

El rey Felipe II regaló el alcázar en 2 de julio de 1579 a las monjas franciscanas a fin de que estableciesen en él un nuevo convento de su orden, cuya iglesia fue inaugurada al parecer el 6 de enero de 1583. Este convento es el aún hoy existente con el nombre de la Inmaculada Concepción de María Santísima, que en recuerdo del origen del edificio sigue siendo llamado hoy Del Palau (palacio) en parla local. El interior muestra cuatro bóvedas de crucero y una de cañón encima de la capilla del altar mayor. A la izquierda hay una capilla que abre en forma de arco escarzano y de interior en arcos enlazados y pilastras, mientras que a la derecha hay otra en arco de medio punto con altar adornado con algunas pinturas nada desdeñables representativas de figuras del santoral a las que lateralmente acompañan las de los santos Roque y Juan. Más adentro hay sendas capillas en los lados. El altar mayor está dedicado a la Purísima Concepción. El edificio del convento presenta cinco contrafuertes hacia el frontón.

Viene luego la sala capitular con bancos perimetrales y una escalera que conduce al Hort. En siete tramos con balaustrada renacentista de madera asciende la escalera principal a la planta superior. Circunda el edificio un claustro y a aquel se adosa el noviciado, con hermosas vistas sobre el llano y de un hermoso pino que queda en lo alto. Un corredor con ventanales se dirige al coro, con modesta bóveda de crucero, ventana única y atril renacentista.

Digna de mención es la medida de granos en uso todavía en Sineu como zona cerealista más importante de Mallorca, representada por la antigua Barcella que aún se conserva. Muestra esta en un lado las armas de Aragón y del otro el escudo de Sineu, y la inscripción Barcela de Sineu cerca del bosque superior. Sineu es una de las zonas más señaladas de la isla, por su producción agrícola, con mercado semanal cada miércoles y dos anuales, el primer domingo de mayo y el tercero de agosto, respectivamente.

La casa más hermosa y ciertamente digna de visitar en Sineu es la de Delfa, muy próxima a la localidad y perteneciente al conde de España.

La casa presenta un patio delantero cercado por tres lados, con un gran almez en el centro y un muro frontal de cierre, tras el que abre un gran portal en arco de medio punto, con las armas de la Casa Rossinyol; coronan las almenas cimeras piramidales. Queda a la derecha la casa de los señores, y otro arco de medio punto con cinco escalones lleva a la casa del arrendador. La torre de la terraza de la puerta principal presenta tres almenas del lado corto y cinco del largo, sin contar las cuatro que cierran las esquinas.

Hermosa es la vista que se goza desde Delfa de Santa Margalida, el mar, el pequeño grupo de casas de Ariany, los altos de Sant Onofre y Bonany y los molinos de Petra y Sant Joan, con el próximo Puig den Ganovart poblado de pinos; de la otra parte son los molinos de Sineu, la elevada lomera del Puig de Galatzó hasta el Puig Tomir, que se yergue dominante sobre la ondulada llanura dedicada al cultivo de la vid, y su opuesto Puig d’Inca, hasta alcanzar el final del vasto encinar situado a espaldas de la casa.

Al norte de Sineu damos con dos túmulos, de buen tamaño uno, algo más pequeño el otro, en la propiedad de Joan Sbert. Algo más lejos, a la derecha del camino que lleva a Llubí y en terrenos de Miquel Alomar, campesino de esta localidad, se encuentra un tercero, como los primeros cubiertos de lentiscos, mirtos y acebuches. En una fosa próxima a los primeramente citados han sido hallados numerosos restos óseos. El mejor conservado de aquellos presenta una abertura en la parte delantera; unos pasos más allá aparece otro, en parte adosado al muro de la carretera y asimismo cubierto de acebuches y chumberas. A la derecha del camino, junto a la casita de Miquel Ramis alias Roig, aparecen otros dos en estado muy ruinoso.

Cruzamos un camino más, dejamos otro a la derecha, y llegados al fin un trecho en mejor estado vemos despuntar entre los altos de una y otra parte coronados de molinos de viento la pequeña localidad de Sant Joan, en tiempos remotos Alahmar, de aspecto muy semejante a Sineu. Cuenta 1.532 habitantes y 491 casas, 61 de las cuales están deshabitadas, 26 de dos plantas y las restantes de una sola, todas de color grisáceo, con portal en arco de medio punto y cornisa en la ventana, alineadas a lo largo de angostas callejas. La iglesia es una de las edificaciones más antiguas de la isla.

El templo, bajo la advocación de Juan el Bautista, presenta un frontón sencillo con rosetón redondo y torre ornamentada a la derecha del portal, añadida en fecha posterior y cuya cimera se eleva a 175,78 m. por encima del nivel del mar. El portal lateral culmina en un arco superior sostenido por el león alado y el águila de los Evangelistas, y son cuatro los escalones que ascienden a él, al que precede un frondoso almez. El interior se configura en forma de nave única con bóveda de cañón donde se pueden leer las fechas de 1768 y 1788. Presenta siete pilastras laterales bajas y acanaladas y una capilla mayor que se angosta en profundidad. La bóveda asienta mediante lienzos cuneiformes sobre capiteles tríglifos. La galería del coro, encima de la entrada principal, presenta nervaduras simples que se entrecruzan en lo alto. Cinco son las capillas por lado y barrocos sus altares, aunque la segunda de la izquierda es tomada por un acceso lateral y la cuarta de la derecha configura una pequeña rotonda. Dos capillas más quedan debajo del coro, la de la derecha con el acceso al mismo, la de la izquierda ocupada por la pila bautismal; la sacristía, en fin, cierra en bóveda gótica.

Al norte de Sant Joan destaca otra elevación coronada por una iglesuela, el Puig de Sant Onofre o de la Bastida, que ofrece una amplia panorámica de Sineu y Llorito. Para llegar a él hay que dirigirse a la Bastida atravesando la llanura poblada de vides e higueras. En la Bastida hay una capilla con arco escarzano gótico en la que antes había un altar; hoy se adosa a ella un horno de pan al que da acceso una puerta gótica con marco rectangular.

Sinuosamente asciende el camino a la cumbre, que por el lado norte cae en abruptos cantiles. Damos aquí con una entrada amurallada, restos de una edificación, y con una pequeña capilla bellamente restaurada por Ramírez, su propietario actual, en la que destaca un portal en arco escarzano y la parte trasera que reposa sobre viejísimos fundamentos. El diminuto templo encierra una estatua de arcilla, numerosos exvotos, rosarios, prendas varias y una antigua talla de Cristo en madera. Queda a espaldas de la iglesuela una cisterna y algo más allá un pequeño abrevadero rectangular. En la cumbre más alta del entorno hay un hito geodésico esculpido en la roca que se eleva a 225,47 m. por encima del nivel del mar, punto desde el que se ofrece una espléndida vista de la Serra, la bahía de Alcúdia, el apacible llano de Mallorca salpicado de pequeñas localidades, los altos de Randa, Bonany y Sant Salvador en lontananza, y la lomera que se alza de la parte de Artá. En un plano más próximo quedan Sineu, Llorito, Petra, Ariany y María y los viñedos y labrantíos inmediatos.

Dejamos por el momento el tramo de la carretera desde Montuïri a Algaida, Desde esta última localidad lleva un camino a Sineu, pasando por Pina y Llorito.

Por un valle anodino llegamos al lugar llamado Pina, con su blanca iglesia. Son 480 los habitantes y 95 las casas, 14 de ellas deshabitadas. La iglesia de Nuestra Señora de la Salud y de los santos Cosme y Damián data probablemente del siglo pasado, como parece indicar la fecha de 1717 de la bóveda más próxima al presbiterio.

El edificio de la iglesia presenta dos torres delanteras, aunque sólo la de la derecha está completa y culminada por una cimera que se eleva a 181,29 m. por encima del nivel del mar. El interior tiene forma de cruz, con cúpula central, altar mayor al que se accede por dos escaleras laterales, dos capillas por lado y un coro encima de la entrada principal.

Las casa de Llorito son uniformes y en número de 243, de ellas desiertas 21, de una sola planta 63 y las restantes de dos, presentan un portal de arco de medio punto, pequeñas ventanas con alfeizar y cubierta a dos aguas. Una hilera que asciende por una leve elevación muestra una pintoresca sucesión de tejados escalonados. Una altiva y solitaria palmera eleva su corona por encima de las casas. La pequeña localidad de Llorito se llamaba antes Manresa, quizás en razón del origen de sus primeros pobladores. Cuando en 1543 fundaron los franciscanos su monasterio de Nuestra Señora de Loreto, por corrupción del nombre paso a denominarse Llorito, topónimo que se extendió en poco tiempo a la totalidad del asentamiento.

La estructura de la iglesia de Llorito es muy semejante en su exterior a la de Pina, aunque falta en ella la torre de la izquierda. Presenta una terraza superior con cimera barroca que se eleva a 197,87 m. por encima del nivel del mar, y en su interior se configura como nave única con bóveda de cañón, cuatro capillas por lado y coro sobre el portal de entrada. Los altares son barrocos y en el mayor se encuentra la imagen dorada de Nuestra Señora de Loreto.

Vamos a tratar seguidamente de aquellas localidades que en el interior del ángulo formado por ambas carreteras quedan más bien de la parte que conduce a Inca.

La iglesia y algunas casas de Santa Eugènia se encuentran al final de una lomera; otras quedan algo más lejos, separadas de las primeras por una plantación de almendros, en una elevación rocosa y blanquecina coronada por molinos de viento. Exuberantes higueras de ramas apoyadas en robustas estacas y casitas rodeadas de chumberas constituyen la primera embajada a la vista, al ganar acceso a la localidad a lo largo del Carrer Major. Las 163 casas, 10 de ellas desiertas, presentan en su mayoría un portal en arco de medio punto, aunque los hay rectangulares, y salvo 3 de dos plantas, las restantes tienen una sola. La iglesia es pequeña, con torre coronada por una cúpula y balcón que se eleva a 165,01 m. por encima del nivel del mar, portal antiguo y pequeño rosetón; el resto es nuevo. Los brazos del crucero alojan sendas capillas, y al fondo se encuentra el altar mayor. El que queda a la derecha alberga las reliquias de San Pío. A los lados, en sentido longitudinal, se suceden cuatro capillas, una de las cuales, a la izquierda, está ocupada por la entrada destinada a los hombres.

Llegamos al grupo de casas de Biniagual, caserío que depende del municipio de Binissalem. Se trata de edificaciones sencillas, en su mayoría con puertas y ventanas pequeñas y rectangulares. La modesta iglesia está dedicada a la Concepción de María Santísima y su construcción fue terminada el 27 de diciembre de 1741. Presenta un campanario, y una capilla mayor y dos pos lado en su interior.

Sencelles sita en lo alto de unas colinas bajas que se suceden en un terreno ondulado presidido por unos molinos de viento y bordeado de chumberas. La localidad cuenta con 1.812 habitantes y 622 casas, de ellas 36 desiertas; son pequeñas, 45 de dos plantas y las restantes de una sola, en su mayoría con portal en arco de medio punto y ventana con alfeizar sobre callejas sin pavimentar. La iglesia parroquial se encuentra en la Plaça de la Constitució en la que se alza una cruz sobre un pedestal escalonado. Presenta un gran portal barroco y en su parte izquierda queda adosada la torre campanario de siete plantas, las dos últimas abiertas en dos ventanas ojivales por lado, con cimera barroca que se eleva a 152,62 m. por encima del nivel del mar. Unos escalones llevan desde la plaza a una entrada lateral gótica, mientras que la parte media es de estilo renacentista. El interior se configura en forma de bóveda de cañón sostenida por cinco arcos de medio punto y columnas lisas con doble cornisa en lo alto. Seis son las capillas en arco de medio punto que quedan a cada lado, mientras que la del altar mayor se angosta en profundidad. La tercera capilla de la izquierda está ocupada por una entrada lateral y la principal lleva encima la galería del coto, con nervaduras que se entrecruzan de manera simple en lo alto, y arco apuntado que la separa de la nave. Los altares son barrocos y la iglesia no presenta más iluminación natural que la que propician una ventana en la capilla mayor y otra en el coro.

Un giro a la derecha nos da acceso a Biniali, pequeña localidad con 519 habitantes, 138 casas de paredes sin enlucir y portal en arco de medio punto (1 de tres plantas, 10 de una sola y las restantes de dos), con su pequeña y nueva iglesia de San Cristóbal en la plaza homónima. Presenta un portal con tímpano y en la parte derecha del frontón una torre rectangular con cimera piramidal que se eleva a 128,01 m. por encima del nivel del mar. Preside el altar mayor una imagen de San Cristóbal. Por lo demás, el templo cuenta con un arco encima de la entrada principal y con siete capillas laterales, contando ambos lados, la más hermosa de las cuales es la dedicada a las Almas del purgatorio.

Costitx con 785 habitantes y 334 casas de una sola planta, 44 de las cuales están deshabitadas, se encuentra en una pequeña elevación. Accedemos al lugar por el Carrer Major y pasamos al poco junto a una cruz de madera en lo alto de un pilar redondo. Abundan las puertas rectangulares, las hay en arco, pocas, y no es raro dar con casas con basto enlucido de mortero con incisiones en el frontón. Una de las casas muestra en la cara inferior de las tejas del voladizo ornamentaciones con motivos florales. En la Plaça Major, donde aparece una cruz de piedra rota, se alza la iglesia dedicada a Nuestra Señora de Costitx. El exterior del templo es sencillo, y la torre que se eleva en dos plantas con ventanas ojivales en la parte posterior izquierda se corona con una cimera apuntada a 161,28 m. por encima del nivel del mar. También es modesto el interior, con coro encima de la entrada principal y cuatro capillas laterales con sendos altares barrocos. La sacristía cierra en lo alto por una bóveda con nervaduras entrelazadas. Cerca del Carrer del Padró que arranca desde la misma iglesia se tiene una bella vista de la totalidad del llano.

A la izquierda, a cierta distancia, se encuentra Jornets, aldea dependiente de Costitx de la que dista 2,7 km., con 197 habitantes y 49 casas, 5 de ellas desiertas, 1 de tres plantas, 5 de una sola y las restantes de dos. Cuenta asimismo con un oratorio público dedicado a San José y construido a finales del siglo pasado.

Dejamos un camino a la derecha y pasando junto a una cruz de piedra sobre base cónica y rodeado luego de chumberas hacemos entrada en la localidad de Llubí por el Carrer de Sant Feliu. Hay aquí una torre en forma de herradura, probablemente resto de un viejo fuerte, al pie de un viejo molino de viento de planta redonda. Llubí tiene 1.676 habitantes y 511 casas, 18 de ellas desiertas, 18 de dos plantas y las restantes de una sola, todas modestas, con portal en arco de medio punto y ventanas pequeñas con alfeizar. En la pequeña Plaça de la Constitució destaca la presencia de un nuevo edificio de dos plantas que se adosa a la iglesia.

La iglesia presenta un campanario de cinco plantas, con ventana ojival en la última, y un rosetón encima del modesto portal. El interior se dispone en forma de bóveda de cañón simple con capilla mayor distalmente estrechada presidida por Sant Feliu, cuatro capillas por lado, coro encima de la entrada principal y dos capillas subyacentes, con acceso a aquel a la izquierda."

Archiduque Luis Salvador de Austria. Las Baleares por la palabra y el grabado. Mallorca: La isla. Ed. Sa Nostra, Caja de Baleares. Palma de Mallorca. 1.982.

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