“Los altos centrales del Monte Ravna están poblados de encinas y fresnos hasta la carretera; y más allá, con su espeso follaje seccionado por la carretera, dan, junto con la bahía al fondo parecida a un lago, una imagen fascinante de frescura y abundancia. Las faldas, debajo de la carretera, frecuentemente de hiedra colgante, están en general cubiertas de viñas. Los sarmientos no están extendidos a lo largo, como es habitual, sino torcidos en varas horizontales clavadas en estaquillas verticales. Higueras opulentas y algunos otros frutales crecen entre los viñedos, que más arriba están quebrados por tres cabos, prolongaciones irregulares de las alturas principales. En dirección al valle interior de Buccari, los viñedos aumentan progresivamente, sobre todo en las faldas suaves al pie del monte Cesta, llamadas Lazi. Donde pierden nivel ante el fondo del valle, se hallan las ruinas de un caserío, en un ambiente pintoresco y cubiertas de hiedra. Ahora la boca de león, el ajenjo, el Verbascum phoeniceum violeta suave y la Physalis Alkekengi con sus carpelos anaranjados se multiplican en el interior, forran el umbral antes habitado, para unirse en las ventanas de esta casa desolada, con los zarcillos de la ubicua hiedra así como con los retoños vacilantes de las uvas.”
A.L.S.: Buccari, Praga 1871
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