“La inmortal María Teresa continuó la obra de su padre, y vemos en su época el establecimiento de la intendencia de comercio, la bolsa, la primera sociedad de seguros, la construcción del muelle de San Carlos, la aduana, el gran Canal, el palacio del gobernador, el nuevo lazareto, el hospital y la caserna. Las facilidades para el comercio hicieron crecer la ciudad durante esos años, y se convirtió en la vía de entrada de los productos del Levante que llegaban hasta Alemania.
Los griegos en 1751 se habían ya establecido en Trieste en tal número que construyeron una iglesia de su culto. Cuando María Teresa murió, el número de habitantes de Trieste había pasado, durante su reino, de 6.000 a 17.000.
El Emperador José II dio aún más importancia a Trieste, que vio como se construían otros edificios de importancia, y aumentó su comercio, bajo los cuatro reinos siguientes de los Emperadores.”
Archiduque Luis Salvador de Austria, Excursions artistiques dans la Vénétie et le littoral, Imprimerie de H. Mercy, Prague, 1868,
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