“La casa está situada al lado de un profundo barranco del valle silencioso y sombrío, de los que hay varios en los alrededores de Abazia. Se trata de caminos practicables con tiempo seco pero que se transforman en torrentes con la lluvia. La vegetación es muy frondosa en este entorno; las zarzas tapizan los bordes del valle con sus troncos salvajes con espinas y cargadas de las moras que se recogen al final del verano; la yedra es abundante y espesa; se enlaza caprichosamente alrededor de los árboles o cubre las grietas de los viejos muros.
Es raro encontrar laureles en esta zona; se encuentran sobre todo árboles de hojas grandes que dan mucha sombra y bellos castaños.”
Archiduque Luis Salvador de Austria, Feuilles volantes d’Abazia, P. Ollendorf, Paris, 1887
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