“¿Quién no conoce las escaleras de villa Angiolina rodeadas de jazmines, oleandros y elegantes magnolias que llegan hasta una gran altura? ¿Quién no se acuerda con delicia de haber saboreado un exquisito café bajo las carpas durante una bonita tarde, cuando el sol se inclina lentamente hacia el oeste?
En mitad del parterre, se puede admirar un magnífico bosquecito de Chamaerops humilis parecido a la palma mediterránea en abanico y de Chamaerops excelsa. Son las dos únicas especies de palmas – por no citar la Pritchardia filamentosa de crecimiento muy pobre – que prosperan en Abazia, así como en Trieste y que dan, junto con el gran ágave y la yuca, el aspecto de una vegetación meridional, particularmente dentro de la imaginación de los habitantes del norte.”
Archiduque Luis Salvador de Austria, Feuilles volantes d’Abazia, P. Ollendorf, Paris, 1887
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