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Conventos de Palma (I). Santa Clara, Sant Jeroni y Santa Catalina de Sena

"El Convent de Santa Clara, de la orden franciscana, es el más antiguo de Mallorca. Comenzóse a hablar de su fundación en 1256 y el rey Jaume I concedió su autorización en julio del mismo año. En el campanario existe una campana que lleva la fecha 1300.

El convento de Santa Clara tiene una entrada de muros desnudos donde existe un cuadro de Santa Clara, sentada en una silla antigua, sobre fondo de oro. Desde esta entrada se pasa al Arxiu, sala que tiene una pequeña terraza. El amplio claustro es uno de los más interesantes de palma, siendo su planta irregular y tiene una serie de arcos ojivales sobre columnas octagonales, con el techo de madera parcialmente con artesonado de casetones.

 La parte superior del claustro tiene un alero sostenido por columnas octagonales. Merece ser mencionado un hermoso destil.lador que representa Santa Clara, con escudos a ambos lados. Se encuentra también en el patio un coro (coro bajo), siempre en penumbra, que está dividido por un arco apuntado por donde se puede pasar a la iglesia abriendo unas rejas. Es notable un hermosísimo retablo gótico con san Joaquín a la derecha y santa Ana a la izquierda; en la hornacina central hay una estatua de la Virgen María de madera tallada con el niño Jesús y sobre el fondo seis rojos querubines alados. A los lados y en la parte alta hay retablos modernos. Por una puertecilla de un gótico tardío se entra en la sacristía, donde existen dos armarios antiguos y un cuadro de Santa Clara con otros ocho pequeños a su alrededor representando diversos momentos de la vida de la santa, siendo obra muy antigua.

Desde el segundo corredor, que tiene 14 arquillos, y el muro exterior con pequeños orificios abiertos, disfrutan las monjas de la vista del jardín de la casa Formiguera, de la murada y del mar azul de la bahía. Desde aquí se ve también el huerto del convento con algunos frutales, una palmera y un par de grandes y viejas higueras. En el huerto hay una noria cubierta y el lavadero. Al extremo de este corredor abierto está la cel.la presbítera, que es donde el confesor de las monjas recibe la confesión de las enfermas. Esta celda tiene dos ventanitas enrejadas desde donde se puede contemplar el jardín de casa Formiguera y el mar. El piso está enladrillado con bellos azulejos representando flores. Siguiendo por encima de una parte ruinosa se llega al dormitori, que tiene 50 pies de largo, dispuesto en forma de T. Su techo plano de madera es aguantado por un arco redondo en su medio. Sus jácenas se apoyan en pilares embutidos en los muros que forman triples ménsulas.

Desde el coro se pasa a las capillas, desde oyen misa las monjas; estas capillas son de bóveda de crucero sencillas, cruzándose las nervaturas en la clave.

Es también muy antiguo el Convent de Sant Jeroni . Antich Vich, hombre piadoso, regaló en 1330 su propia casa, situada donde hoy está el convento, a varias personas devotas que pensaban únicamente en la salvación de sus almas para que pudieran hacer vida común y a las que se conoció con el nombre de beguines.

El Convent de Sant Jeroni tiene una pequeña entrada, desde la cual se pasa a otra donde hay un cuadro antiguo de San Jerónimo. A la derecha se encuentra el Refrectori, con techo plano, y los bancos que hay alrededor tienen un friso gótico de arquillos apuntados. El claustro, llamado Sa Clastra, es utilizado como cementerio y tiene en medio una cruz. A cada lado el claustro tiene tres arcos apoyados sobre columnas cuadradas con las aristas chaflanadas en la parte alta.  Corresponden tres a la parte corta y cuatro a la larga, sin contar las columnas de las esquinas. La puerta de La Clastra tiene balaustres de un torneado muy original; sobre el lugar en que ha sido enterrada la última monja fallecida hay una pequeña cruz. La puerta de la Sala Capitular es de un estilo renacimiento algo barroco, con una virgen María que lleva encima la inscripción: “Tota pulchra esta mica mea el macula non est in te”, y debajo la fecha de 1594. El piso de la Sala Capitular está enladrillado con azulejos muy hermosos con flores y el león como símbolo de San Jerónimo; tiene bancos a su alrededor con el respaldo arrimado al muro. El techo está formado por dos bóvedas planas apoyadas a una columna central y otra en las esquinas, redondas y con capiteles pseudojónicos. En el altar que se encuentra en esta sala hay un bellísimo antipedio donde está representado Cristo crucificado con las Marías y San Juan a ambos lados, el nombre de Cristo y adornos diversos.

Enfrente de la escalera está la Capella del Sant Crist, con arcos redondos contorneados en espiral lo mismo que las columnas. A la derecha se sube por unos escalones al órgano cuya antecámara forma una especie de sacristía donde se guarda el tesoro de la iglesia. Se puede ver allí una urnita preciosa para los Santos Óleos con pequeños dragones en sus cuatro esquinas y una aguja gótica en su parte superior. En este cuartito, debajo de un arco, existe un altar con un retablo de la Santa Cena y es aquí donde las monjas toman el velo; hay además un antepedio riquísimo de terciopelo bordado dividido en cinco cuadros que representan: la adoración de los Reyes Magos; la conversión de San Pablo; San Pedro en el centro sentado en la sede; entre las rejas de la cárcel y camino de la prisión; la muerte de la Virgen María y finalmente San Lucas.

La vista que se divisa desde esta altura es encantadora. Por una escalera se puede bajar desde este lugar al jardín, Segon Hort, donde crecen algunos limoneros. Una gran puerta comunica  el Segon Hort con la Clastra. En medio del jardín hay el brocal de una gran cisterna construida a expensas del Sr. Cristòfol Fiol, canónigo y confesor de las monjas, en 1573, según expresa la fecha grabada en dicho brocal. Desde la Clastra se pasa a la Bugadería, que es muy espaciosa y donde hay un Cossi enorme y diversas pilas de lavar. A la izquierda hay un vasto porche, el Porxo del Rei, donde están los graneros. Están también aquí las tahonas donde las monjas confeccionan sus pastas, entre ellas los afamados Madritxos, que se comen tanto secos como recién hechos, las Coques, Ensaïmades, Xucladors, Coquetes de Madritxos, Coque de Bonys con anís y otros muchos bollos de los cuales sobresalen los Bescuits. Para obtener la pasta de los Madritxos había una gran rueda rotativa que ha sido sustituida por otra más pequeña de hierro. Existen ene l convento una docena de hornos en barracas repartidas por los distintos patios.

La fundación del convento de monjas dominicas, bajo el título de Santa Catalina de Sena, fue promovida por Fra Julià Font i Roig, quien no sólo obtuvo la aprobación episcopal, sino que en 1613 compró unas casas en la Plaça del Mercadal para edificar el convento. A pesar de los muchos medios que había logrado reunir, la empresa se truncó por fallecimiento de su promotor.

Se entra en el convento de Santa Catalina de Sena por una puerta que hay en su vestíbulo y que comunica con un pequeño claustro rodeado de columnas de mármol de fuste redondo, base cuadrada y capiteles robustos, las cuales sostienen arcos redondos. Las dos últimas columnas de cada esquina se unen para formar una pilastra. En sus corredores se respira un ambiente de grato frescor, perfumado por las plantas del jardín que hay en el centro del claustro, donde crecen algunas palmeras y limoneros y un laurel gigante.

En el huerto hay un estanque con peces de colores y un parral sostenido por 20 pilares cuadrados que desde el estanque atraviesa todo el huerto. A la izquierda hay una alta palmera muy fructífera. A cada una de las monjas le es asignada una parcela de terreno que puede cultivar a su libre gusto, de lo que deriva una competencia entre las monjas para ver cual de ellas tendrá las flores más hermosas. Una escalera muy cómoda, de cuatro tramos y con tres arcos redondos con robustas columnas embutidas, permite subir al piso alto. Los corredores están revestidos de ladrillos y en ellos se abren las puertas, todas de Llenyam Vermell, de las aseadas celdas, teniendo muchas de ellas mirada al huerto."

Archiduque Luis Salvador de Austria. Las Baleares por la palabra y el grabado. Mallorca: Ciudad de Palma. Ed. Sa Nostra, Caja de Baleares. Palma de Mallorca. 1.982.

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