"La total concordancia de las lenguas del reino de Mallorca y del de Aragón, tanto por lo que hace a la forma como al gusto característico de ese siglo se hace patente, incluso ahora, atendiendo a las canciones populares que han pervivido desde entonces.
El casamiento de Isabel de castilla con Fernando II el Católico no fue tan sólo mortal para la nación aragonesa, sino también para la lengua de Cataluña. Instaurada en la corte de los recién desposados en Castilla, el castellano, cuya importancia aumentó rapidísimamente con los logros de armas, descubrimientos y conquistas, se convirtió en seguida en el idioma oficial de asuntos de estado, de los escritores y de los poetas, siendo también adoptado por catalanes y mallorquines para su uso oral y escrito.
Pero en la primera mitad de nuestro siglo (XIX) se produjo entre los autores mallorquines un resurgimiento que dio lugar a que algunos acordaran su lira con los entrañables tonos vernáculos. Citemos en primer lugar algunos de los ya desaparecidos, y sea sobretodo nuestra mención inaugural para Guillermo Roca, hijo de aquel Guillermo Roca y Seguí ya señalado entre los autores del siglo precedente; el que ahora nos ocupa era abogado y nos ha dejado algunas composiciones satíricas no exentas de mérito. Tomás Aguiló y Cortés trató en sus coplas temas predominantemente religiosos, aunque también conocemos de él algunas fábulas y una composición dramática versificada en mallorquín. José Togores, padre del actual conde de Ayamans, barón de Lloseta, murió en 1831, fue un celebrado autor lírico.
Los cuatro poetas Gerónimo Rosselló, mariano Aguiló y Fuster, Miguel Victoriano Amer y José Luis Pons son los que en su intento de reavivar el antiguo hablar de Mallorca más han destacado."
Archiduque Luis Salvador de Austria. Las Baleares por la palabra y el grabado. Mallorca: Parte General. Ed. Sa Nostra, Caja de Baleares. Palma de Mallorca. 1.982.
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