Desde la Plaça de la Catedral discurre en dirección sur una callejuela que atraviesa la parte más alta de la ciudad y de la cual nace, a la derecha, el ascenso al Castillo. Subiendo la corta escalera se da con un muro que cerca las edificaciones de ese lado de aquel y que permite la entrada a su relativamente espacioso patio a través de un arco de medio punto guardado por un centinela.
Desde aquí se goza de una maravillosa vista hacia el Oeste, así como sobre el Pla de Vila y la ancha mar.
Visto desde el la do Sur, el Castillo aparece como fábrica sobria y de gran altura, con una disposición muy irregular en sus ventanas, que presentan además diferentes tamaños. Hacia el centro de la fachada que da al mar se alza la torre de señales, llamada Torre de s’Homenatge, construida enteramente con sillares y provista en el lado este de un añadido en forma de herradura. En lo alto, a unos 110 m sobre el nivel del mar, destaca el asta de una bandera.
Archiduque Luis Salvador de Austria. Las Baleares por la palabra y el grabado. Primera parte: Las Antiguas Pitiusas. Ed. Sa Nostra, Caja de Baleares. Palma de Mallorca. 1.982.
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