Arxiduc :: Anécdotas :: Todos estamos locos

“Un día de invierno subía el Archiduque desde s’Estaca, en compañía de un trabajador de la finca, hacia Miramar. Llovía a cántaros y el Archiduque, montado en su caballo blanco y el otro caballero en un rocín, como una nueva versión de don Quijote y Sancho, caminaban impasibles bajo la lluvia. Lo normal es que se detuvieran buscando un refugio donde resguardarse o se volvieran atrás. Era de noche y el pobre hombre creyó oportuno insinuárselo a su Alteza. Al decirle, poco más o menos, que aquello que hacían era cosa de locos, el Archiduque como la cosa más natural del mundo le dijo: En mi familia todos estamos locos. Yo soy el que lo está menos”.

Sabater, G., Mallorca en la vida del Archiduque, Ed. Associació amics de l’arxiduc, 1995

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