“Uno de los motivos de atracción que muchos sintieron por las tierras de Miramar, fue la existencia de un legendario buitre que el Archiduque tenía en cautividad en el citado predio. Este buitre había sido regalado al Archiduque por unos jóvenes que sabían del amor que hacia los animales y las plantas sentía tan ilustre prócer, y éste lo había colocado dentro de una gran jaula que situó en los jardines de Miramar. El buitre estaba debidamente atendido por un sirviente puesto a su servicio. La existencia de este buitre en cautividad, inspiró al poeta Juan Alcocer una bella composición titulada “El buitre de Miramar”. Al morir el Archiduque este buitre fue trasladado al parque zoológico de Barcelona donde acabó sus días”.
Sabater, G., Mallorca en la vida del Archiduque, Ed. Associació amics de l’arxiduc, 1995
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