“Estando atracado el Nixe en el puerto de Gravosa, subió a bordo el Comandante de Marina de dicho puerto. Le habían dicho que en ese buque viajaba un miembro de la familia imperial. Se dirigó al Archiduque que se hallaba al final de la escalerilla del barco.
-¿Podría hablar con el capitán?
-El capitán soy yo.
-Dígame señor ¿es cierto que se halla a bordo un elevado personaje?
-No, no es cierto. Aquí todos somos iguales”.
Sabater, G., Mallorca en la vida del Archiduque, Ed. Associació amics de l’arxiduc, 1995
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