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“A esta gruta le sigue la Punta d’ ‘u Pirciatu, formada por rocas particularmente nudosas, con un arco natural que tiene forma de churro en el medio.
Enfrente se halla ‘A Canna, una gran punta rocosa solitaria, de 85 metros de altura, a una distancia de la costa de 3 millas marinas, con el scuogghiu d’ ‘a Canna; por la misma, formada por rocas de conglomerado, revolotean, casi ininterrumpidamente, los cuervos que, con sus excrementos, han vuelto completamente blancas dichas rocas. Aún más agreste es la vista que ofrece, con sus flancos ennegrecidos por el paso del tiempo en la parte nordeste, y parece un velero empujado por el viento”.
Archiduque Luis Salvador, Islas Lípari, 1895, Traducció Associació Amics de l’Arxiduc, 2008
A unos 200 metros de la cueva del Voi Marinu, nos hallamos ya pasando por debajo del Pirciatu. Entre pared y pared hay únicamente unos cuatro metros.
Efectivamente las rocas de conglomerado que lo forman siguen unas pautas impredecibles y, a la vez, mágicas.
En la zona de los islotes destaca la Canna, una increíble roca puntiaguda de 85 metros de altura. Si la Canna desde lejos ya impresiona al precisamente asemejarse a un gran velero, cuando uno se acerca el silencio se hace presente para admirar aún más su majestuosidad.
Damos unas vueltas entrono a la Canna con el fin de apreciar todos sus diferentes perspectivas.
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