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"Ciudadela, capital del municipio del mismo nombre, tiene 8.200 habitantes; fue antiguamente la capital de la isla, rango que Mahón, a causa de la importancia de su puerto, le arrebató en tiempo de los ingleses. Ha conservado algo de su antiguo estatus, tanto más cuanto el clero y la nobleza permanecieron en ella. El obispo, con el cabildo catedralicio, y las grandes mansiones de algunos nobles le confieren un aspecto ciudadano a pesar de que sea una pequeña villa.
Para dar un paseo por las calles de Ciudadela queremos tomar como punto de partida la Plaza de Alfonso III, en la que desemboca la carretera principal y que constituye el inicio del ensanche. Desde su centro arranca la calle de Mahón, la cual baja hacia la ciudad propiamente dicha y forma, con las plazuelas y calles que la siguen, la Plaza Nueva, la calle de las Verduras, la Plaza Vieja, la calle de la Universidad y la calle del Borne, la arteria principal del tráfico de la ciudad; la casa que hace esquina es un hermoso edificio moderno con gablete con acróteras, balcones de piedra y ventanas orladas.
La calle de Mahón es bastante angosta y va a desembocar en la Plaza Nueva, en la que hay muchas casas antiguas con pórticos, y de ella arranca a mano derecha, justo al principio de la pequeña calle de San Pedro, otro callejón. Después de un arbotante a mano derecha empiezan las galerías de arcos de la calle de las Verduras, con sus aceras pavimentadas de ladrillo. Desemboca en la Plaza Vieja, con el edificio del Banco de Ciudadela, desde donde bajan por la derecha la calle de Santa Clara y, por la izquierda, la calle Nueva, en cuyo extremo se encuentra el edificio de la Catedral con el pasadizo de la sacristía.
Se llega ahora a la calle de la Universidad, sobre la que se abre el portal lateral de la catedral. Desde aquí empieza a bajar hacia la izquierda la calle del Rosario, mientras que por delante de la fachada de la catedral discurre la calle de La Catedral. La calle tuerce hacia la del Conde, la cual se encuentra junto a la del Borne. La continuación de la calle de la Catedral, que acaba delante de la fachada de la iglesia catedralicia, se llama calle del Obispo. Al final de la Plaza Nueva se inicia, mirando hacia el mar, la calle del Borne, muy bien pavimentada y provista de cuidadas aceras, flanqueada a su derecha por el palacio del Conde, con su larga hilera de ventanas, y a la izquierda por la de Martorell.
El Borne es el punto central de Ciudadela, que ofrece al visitante que llega por el lado del mar un aspecto muy acogedor, y con su extraordinaria situación hace esperar mucho más de la ciudad de lo que ella puede ofrecer en su interior. Por el lado oriental, es decir, el que va hacia la ciudad, está flanqueado por las hermosas casas del Conde, de Martorell y de Vigo y forma una hermosa Promenade o paseo bordeada de acacias. El palacio del Conde y que es, con mucho, la casa más hermosa de Menorca, fue construido a principios de este siglo.
Can Martorell tiene una fachada con un balcón grande en el centro y dos a cada lado; columnas jónicas, lisas, que se levantan entre las ventanas y otras dos adosadas a cada lado por encima del balcón portan el gablete; en la parte superior hay vasos de piedra de adorno. Can Vigo, pintada de rojo, es una casa grande pero sencilla, de habitaciones espaciosas y ventiladas. Tiene una hermosa escalera con arranque doble a ambos lados. Al norte del Borne está el Teatro y algunas casitas rodeando magníficamente el puerto; en la parte sur hay una casa hecha al estilo de la Habana con veranda descargando sobre pilares de hierro y al oeste el Palacio del Gobernador, el primitivo Alcázar.
El actual Palacio del Gobernador, ubicado en el Borne, ocupa el lugar del antiguo Alcázar, que ordenara construir el rey Alfonso III en 1287 después de la conquista de la isla y que durante muchos siglos albergó al gobernador general de Menorca. Cayó en estado de ruina y fue utilizado en parte como cuartel para la guardia civil y últimamente ha sido dedicado al más apropiado fin de la Casa Consistorial.
La fachada del palacio del gobernador es muy hermosa con su artística galería que está sostenida por cuatro contrafuertes. Una escalera sencilla de cómodo ascenso forma dos tramos hacia la elegante galería de arcos. Adosado a la antigua casa se construyó el moderno edificio de la guardia civil en la parte del mar, desde el cual se goza de una excelente panorámica. En el Archivo Municipal se guardan muchos documentos antiguos y centenares de pequeños pergaminos."
Archiduque Luis Salvador, Menorca, 1897, La Foradada, 2000.
Hoy en día Ciudadela tiene más de 29.000 habitantes. Sigue manteniendo el status de ser capital religiosa de la isla, en la que se sitúa por lo tanto el obispado. Como vemos el número de habitantes ha aumentado más que proporcionalmente en comparación con Mahón, y tienen prácticamente un número similar de habitantes.
La plaza de Alfonso III es asimismo conocida como plaza de las Palmeras. En la parte este de la misma se observa un molino que ha sido transformado en un bar. Por la parte oeste enlazamos con la calle de Mahón que es peatonal.
El edificio de casas antiguas de la plaza Nueva sigue en pie. Hay pequeños cambios en la fachada pero el aspecto general es similar. Destacan aún hoy en día los contrafuertes que se sitúan en la fachada principal entre la planta baja y el primer piso. En la calle de las verduras, bastante estrecha, observamos las galerías de arcos a ambos lados de la calle. Al final nos topamos con la pequeña plaza Vieja, en la que hoy en día no se observa el banco de ciudadela.
Entramos en la calle Santa Clara que se sitúa a la derecha de la plaza vieja y llegamos hasta el convento. La iglesia del convento es sencilla, con un patio exterior con árboles. Destaca el gran colorido de las diversas imágenes en su interior.
Volvemos sobre nuestros pasos para llegar a la calle de la Universitat que nos lleva justo a la fachada lateral de la catedral. A la izquierda está la calle del Roser que apenas a cien metros nos lleva hasta la iglesia del Roser que hoy en día se ha convertido en un área cultural. En la iglesia destaca el portal barroco así como la balaustrada que se observa en la parte superior de la fachada.
Volviendo hacia la catedral nos paramos en la fachada lateral con el fin de visualizar las diferencias con respecto al grabado del Archiduque. Vemos por ejemplo que los contrafuertes se han modificado. Se ha eliminado asimismo la balaustrada que corría a través de toda la fachada; y en realidad parece como si se hubiera retranqueado el muro de toda la fachada lateral inferior.
Seguimos por la calle Borne en dirección al mar y nos encontramos a la izquierda la entrada al patio de ca’n Martorell en donde hoy en día se sitúa un bar. Al llegar al Borne nos dirigimos a la plaza central y desde allí, al girarnos, tenemos una magnífica vista hacia el palacio del Conde y parte de can Martorell, tal como el Archiduque dejara reflejado en su grabado, aunque ahora con algún coche que otro.
Observamos una gran casa a la derecha de can Martorell que estando pintada de rojo intuimos que debe de ser can Vigo. En el fondo norte de la plaza, al lado del palacio del Conde se sigue situando el teatro. Cruzando la plaza y en el lado norte, cercano al puerto, se halla el edificio del ayuntamiento que se sitúa en el lugar en el que se hallaba el alcázar.
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