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Notable es también el número de cabras criadas en la isla, donde hallan excelentes pastos en las aromáticas zonas arbustivas de las colinas. Se cuenta un total de 8.850 cabezas.
La cabra ibicenca es de pelo corto, con manchas negras y blancas o este color entremezclado de gris, aunque también las hay de pelaje rojizo, con el lomo algo más oscuro. Algunas carecen de cuernos, pero las más los presentan muy combados atrás. Aunque se crían principalmente por la leche, no por ello dejan de matarse algunas para aprovechamiento de la carne. La leche de cabra es más apreciada que la de oveja, y ambas especies suministran prácticamente toda la leche consumida en invierno en la isla.
En algunos islotes adyacentes a Eivissa, como en el del Boc y Tagomago, hay también cabras semisalvajes que corretean allá con toda libertad y sin guardián. Son tan indómitas que ocasionalmente se ven forzados los propietarios a matarlas a tiros para darles caza. Estos animales son por lo común negros o manchados. Desde el mar y a larga distancia se les ve trepar por los acantilados, como puntos negros en constante movimiento.
Archiduque Luis Salvador de Austria. Las Baleares por la palabra y el grabado. Primera parte: Las Antiguas Pitiusas. Ed. Sa Nostra, Caja de Baleares. Palma de Mallorca. 1.982.
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