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“Alt-Korinth, anteriormente una ciudad de lujo y de moda, que disputó durante la época de la declaración de la independencia con Atenas para ser la capital de Grecia, es hoy en día solamente un pobre pueblo en una falda suave bajando en tres escalones desde la Akropolis hasta el mar. Cuenta con unas 200 casas bien separadas y así parece ser más grande desde el mar. Tiene aproximadamente 600 cabezas. […]
[ Cipreses, almendros, moreras, higueras, mucha verdura por la riqueza de agua y 7 fuentes.]
“Todo tiene un aspecto muy turco. Cuando un día estuve allí, en una mañana caliente y soleada, vi a un hombre viejo con un FEZ como un turbante, sentado al lado de la fuente, fumando su TSCHIBUK; otros hombres bailaron el SIRTÓ, agarrándose de las manos, con la música de pipas y tambores, debajo de unos plataneros. Muchos de ellos llevaban cestas con queso encima de la cabeza. Creía estar en Turquía. Delante de las bodegas había gente sentada cómodamente en unos taburetes de paja sin respaldo, medio borrachos por la mastica. Me llamó la atención un macho cabrío dentro de una bodega que observaba tranquilamente a los borrachos – un recordatorio a los machos cabríos coronados con viñas en las antiguas fiestas de BACO.”
“Las columnas son casi el único resto del viejo Korinth. Cerca de ellas se encuentra aún ruinas, testigos lamentables de un gran pasado. Ahora se ve bailar a niños de lengua albanesa alegremente encima de las ruinas de la antigüedad.”
“Hermosa se presenta desde aquí la vista hacia Alt-korinth y al llano que se expande a nuestros pies hasta el mar, donde se puede ver una casa y un jardín ( PERVOLJA) rodeado de muchos cipreses. Debajo de la torre vemos muchos escombros, una fuente turca con agua deliciosa y al lado un depósito. Luego sigue un jardín cerrado con tres entradas y a la izquierda arriba una escalera doble de origen turco, que lleva desde el altiplano de La Falaisé [= acantilado] hacia el mismo. La roca redondeada del escalón está coronada con higueras y culantrillo de pozo [= ADIANTUM CAPILLUS] y por todo corre agua. En medio hay un cuenco en forma de concha con un agujero profundo, desde donde sale con abundancia el agua de la fuente llamada según APHRODITE que luego baja al jardín. Un poco más arriba hay otra fuente profunda con una cueva saliente y ahumada en el lado derecho del valle. La vista desde aquí hacia el golfo es hermosísima. Seguimos los Falaises, entonces encontramos unos agujeros de agua, lugares empotrados y otro valle pequeñito.
Vemos una imagen del viejo Corinto desde la colina en la que se sitúa Akro-Corinto y otra imagen de Akro-Corinto tomada desde el viejo Corinto.
En el viejo Corinto visitamos los restos arqueológicos del Corinto romano. Allí vemos la fuente de Afrodita y el templo de Apolo. En cuanto a la fuente de Afrodita nos indicaron que su ubicación actual no es la misma que la que tuvo en el pasado. Tal como hizo el Archiduque tomamos una imagen del templo de Apolo en la que sólo se ven seis columnas a pesar de que quedan siete en pie; una de ellas está tapando a otra.
En realidad en el momento en el que el Archiduque pasó por el viejo Corinto era prácticamente lo único que se veía y que recordaba a la antigua ciudad romana. Podemos ver una foto tomada a principios del s.XX en la que se ve una gran pradera al lado de las columnas y otra tras las excavaciones tal como se ve en la actualidad.
Para acabar vemos una imagen del odeón y un esquema de cómo fue la antigua ciudad romana de Corinto, aquélla que ahora podemos asociar de forma más tangible a aquellas cartas de San Pablo que tanto se repitieron en nuestra juventud …
En el entorno de los restos arqueológicos existe una calle comercial adaptada al turismo de masas en la que se encuentran los típicos negocios de souvenirs y los restaurantes habituales.
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