De Trepitós a la cueva de Achai
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Lo que dice el Arxiduc:
“Después de Trepitós viene la punta Tsi Vavos Ti Gurnacon unas terrazas con viñas viejas, Tus Milus, que llegan hasta abajo, debajo unos arrecifes que salen y un surco inclinado y alto, llamado Trafos Sto Chiro. El ahuecamiento en forma de embudo de Achandacha, donde llega el mar hasta dentro, ofrece una visión rara: en el interior una playa con grava, hacia fuera una apertura como una puerta, protegido por los arrecifes salientes, con conglomerados de estalactitas y batiduras de hierro / concreción.
Luego sale una punta, llamada Nisaki ( Tis Cambanes), con una roca que se mueve cuando hay fuertes vientos, con una punta en forma de diente que tiene detrás una pequeña bahía con paredes inclinadas. Un poco más lejos se llega a Sto Agerla.
La atracción mayor es el Ortholithon, se puede decir una señal gigante de la naturaleza, salvaje, habitada por las gaviotas, que sale del mar, una de las bellezas principales de Paxos.”
Luego viene el grupo suelto de arrecifes de Achai, formado por tres grupos principales, con una fuente debajo de una cueva pequeña. A la izquierda hay una apertura que une la cueva con la principal al lado que está cubierta y con un brillo plateado y donde entra el mar por la ancha entrada principal. Es una de las cuevas más bellas del Mediterráneo y junto con el Trepitósy el Ortholithon uno de los tres milagros más grandes de la isla. Desde la playa de gravilla de la primera cueva uno tiene la vista más bonita porque se puede ver los dos embocaderos.”
Datos proyecto Nixe III:
Siguen las formaciones rocosas de StoAgerla y Nissaki que encontramos al observar de forma concienzuda la costa en nuestro recorrido en neumática. En cambio no conseguimos dar con la cueva de Achandacha …
En el Ortholiton se halla una colonia de gaviotas que se sintieron amenazadas cuando pasamos entre la costa y el mismo con la neumática, y así nos lo hicieron saber. Justo antes del Ortholiton se halla la cueva desde la que tomamos la imagen.
Las cuevas de Achai son un lugar muy atractivo por el juego de luces que se crea en su interior. Una de ellas, la segunda a la derecha, tiene el techo derruido y deja entrar la luz del sol. El archiduque tomó una de las imágenes del interior desde la playita de piedras que se observa iluminada por el sol.
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