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“El embarcadero está situado, igual como en Paxos, en el este, quiere decir en el lado interior, en el lado del canal. Es el pequeño puerto de Agriapidiáo de los perales salvajes, que no sirve para barcos grandes y tampoco ofrece suficiente protección para los pequeños; por eso se tiene que subir las Gajtasde Antipaxos en seguida después de la llegada a la playa llena de grava. […] Después viene la Spiaggia Tis Agriapidiá con casitas pequeñas y una playa llena de grava. Cerca se hallan las cuevas de Agriapidiá.
Un camino amurallado lleva hacia las dos casitas de Stu Tita encima de la Punta Sto Karavicon un opulento naranjo amargo en medio. Más hacia detrás hay un bosquecito hermoso de cipreses de arboles con ramas anchas; encima está la casa de Spiro Tis Katerocon algunos almendros, más abajo en la pendiente donde están las encinas encontramos un horno de cal. Delicioso es la vista hacia la costa de la península y la siguiente punta con algunos grupos verdes y abundantes de encinas, de vez en cuando se encuentra un olivo o peral salvaje. Desde el punto más alto se ve muy bonito el alrededor de la isla, el bosquecito de cipreses detrás, la punta de Paxos, la isla Panagiay la costa de la península.
Desde la altura de Ovoró, lleno de grava, con algunas rocas que salen y donde crecen mastiques y perales y donde vuelan gaviotas y cernícalos, con un Kalivi[= una pequeña casa, cabaña] en ruina, se puede ver muy bonito la costa del sur y los siguientes pendientes de Sfongaria hacia el oeste; lo más hermoso es la vista a la Daskaljácon las islas en el fondo. [ Daskaljá= una roca peligrosa para los barcos, p. 443]”
“En Kalamitsa encima de Poticchio Sarakinino vemos que cerca de la playa amurallada hay un pozo con agua mala que se seca en verano. Desde la playa en cuya punta final después de la segunda roca sale azufre, sube un camino, pasando por los alcantarillados de Kalamitsa con una bonita vista panorámica hacia Porticchio Sarakiniko. Los acantilados, coronadas con algunos mastiques y perales, son grandes, algunos con cuevas profundas, de donde se saca placas y cantos y donde existen estalactitas. La piedra es marga calcárea y caliza fina, blanca o amarillenta y gris, muchas veces rica en foraminíferos y con un contenido medio de arcilla.
Una vez que llegamos al puerto de Agripidiá en Antipaxos pudimos ver que la pequeña casita que se veía en el grabado del Archiduque ya no existe. Además vemos que se ha construido un espigón que protege ligeramente la cala con vientos de componente norte.
No tuvimos ocasión de visitar las cuevas de Agripidiá, y nos dirigimos cuesta arriba hacia la zona en la que se halla la iglesia de Agios Aimilianos y la mayoría de pequeñas casitas de Antipaxos. Desde esta zona es muy bonita la vista hacia la costa continental de Grecia.
En todo el recorrido por Antipaxos pasamos por caminos bastante estrechos que en ocasiones están limitados por altos muros de piedra seca. En Antipaxos hay pequeños viñedos que vamos viendo durante toda la excursión.
Si nos dirigimos hacia el norte de la isla vemos enseguida las diferentes playas de arena fina que han hecho famosa a esta isla.
Nos dirigimos asimismo hacia el sur a través del sendero central que atraviesa toda la isla de Antipaxos. Hay una bifurcación en el camino que nos lleva hacia la costa oeste y desde allí alcanzamos a ver el puerto de Sarakiniko, en la costa oeste, y la punta que lo delimita.
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