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“En Paxos existen algunas costumbres supersticiosas, que se han generalizado tanto entre el pueblo que ya no lo parecen ser y simplemente aparecen como comportamientos habituales.
El sábado de la semana santa, cuando se mata el cordero de Pascua, que siempre tiene que ser blanco, el propietario de la casa, puede ser hombre como mujer, hace una cruz en la puerta con la sangre del animal. La mañana de la fiesta de Pascua se pega la cascara de los huevos de Pascua con pasta de pan, que siempre tiene que ser teñida de rojo, en la puerta.
El 1 de mayo el propietario o la propietaria de la casa cuelgan un ramo en la puerta que se queda allí todo el año. Si el día de año nuevo te cruzas con un cojo o un hombre pobre, eso significa mala suerte. Cuando los pescadores salen a pescar, suelen decir: ‘Buena gente hemos encontrado’, si primero encuentran a gente acomodada.
En la iglesia de Agii Apostoli cerca de Gay se coge tierra de abajo del altar, levantando una piedra, porque allí se supone está enterrado el Santo Gayos, y se pone dentro de agua. Se bebe durante tres días y eso protege contra las serpientes.
A los niños les cuelgan dientes de jabalí como protección contra el dolor de ojo. En otros casos, si el ojo está enrojecido, se pone un pañuelo con pan blanco y vino encima. Si duelen los dientes se pone ajo machacado en el brazo izquierdo si está a la izquierda y si está a la derecha en el brazo derecho, debajo del brazo si se trata de los dientes de arriba y encima del brazo si son los de abajo.”
Si en la época del Archiduque algunas supersticiones ya se veían como comportamientos habituales, hoy en día podemos decir que algunas de dichas costumbres se pueden llegar a interpretar como viejas tradiciones.
No pudimos observar la tradición de pintar cruces en las puertas en Paxos, pero sí observamos cruces en la parte superior del marco de las puertas cuando visitamos la Grecia continental, en concreto en Galaxidi, en pleno Golfo de Corinto. También las dibujan en Pascua pero con fuego, quedando marcas negras.
En algunas casas de Porto Gaios se veían ramos colgados en las puertas tal como indicaba el Archiduque. Casualmente nosotros llegamos a Porto Gaios un 7 de mayo.
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