“Pocos sitios en toda la costa de Dalmacia ofrecen tanta vegetación como la costa de este canal. Protección de los vientos, suelo fructosa y lluvias abundantes parecen aumentarlo. La vegetación parece un poco tropical por su abundancia. En este borde, a la izquierda a la salida, hay una casa más grande; a la derecha en cambio están las casas de Brocce con una pequeña iglesia con campanario y una casa vieja con una capilla adjunta solo parcialmente terminadas. Se levanta un pequeñomuelleque recuerda por su fija luz roja durante la noche a un candelabro de hierro; fue construido como aquel de Stagno grande en 1880. No muy lejos hay un viejo ´trabakel´ torcido, medio sumergido en el mar y como este está anclado para siempre así lo parece también estar la gente vieja sentada en la orilla, marineros de antes, para siempre.
Cuantos recuerdos deben aparecer en su imaginación en aquella playa tranquila de Brocce, pues no de puede uno imaginar un lugar más tranquilo. Raras veces pasa una vela cansada por encima de esta marea tranquila que se parece a un río. El ojo de aquella gente vieja pasa por encima de la misma como rígido pero instintivamente mira a la distancia hacía los barcos que pasan por el Canal de Calamotta o hacía las columnas de humo de un barco de vapor muy lejos.
A última hora de la tarde cuando el sol ya está muy bajo y las sombras son largas, está extremamente tranquilo en el Canal de Calamotta sobre todo en días bonitos. Los pájaros vuelan cansados en la atmósfera cansada, todo parece adormecido, hasta las moscas zumban flojos y sus movimientos parecen lentos. El mar, que digo, el canal que parece un río, está como un espejo, cada casa, cada árbol se refleja en el, un sentimiento de estar encerrado se apodera de mi – uno tiene nostalgia hacía el mar abierto.”
A.L.S.: Über den Durchstich der Landenge von Stagno, Praga 1906
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