“Hay ciertos puntos del mundo, que por mala suerte han desaparecido del recuerdo de la gente y durante siglos han caído en un olvido total. Su belleza queda inadvertida, sus ventajas han sido despreciadas. Así era la situación del Golfo de Fiume hasta hace poco. No se piensa en el extremo valor que los romanos dieron a este golfo importante. Los intentos de Carlos VI y de Napoleón I por fomentar el Golfo de Fiume fracasaron. Primeramente, el empeño de los húngaros, de extenderse hasta el mar; indispensable para el beneficio de un pueblo grande, que le habría podido causar un futura más feliz. El comienzo de esta nueva era data de la desmembración de Fiume y de la costa croata por la monarquía húngara.
Durante algunos meses serán señalados los cabos más importantes con faros; dos trenes, viniendo del Norte y del Este, alimentarán con los productos de las regiones segregadas al territorio del Golfo de Fiume.”
A.L.S.: Buccari, Praga 1871
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