“En toda la costa no se hallan tan unidas la belleza de la vista con la abundancia de la vegetación, favorecida por el agua de manantial, aquí muy copiosa. Los matorrales de laurel de la costa adriática pueden ser comparados solamente con aquellos de la sombría Abbazia. Pero los superan por la abundancia derrochadora de los vigorosos árboles. También este contraste contribuye quizás a que aumente el efecto de este exquisito lugar. Las muchas lomas despobladas, a las que el ojo se había acostumbrado, aquí están substituidas por campiñas exuberantes. Olivares, viñedos y pinares de playa compiten unos con otros para cubrir los altos bien figurados; y el litoral, como los islotes, todos brillan con el adorno solemne de la fresca vegetación.”
A.L.S.: Cannosa, Praga 1897
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