Vuelta a la isla de Cabrera (10)

"En la punta de la Creueta destaca una roca redonda con el curioso nombre de Sa Panxa des Govervador, a la que siguen la pequeña ensenada de cala En Donzell y Cap Xoriguer, promontorio de falda muy erosionada donde se encuentra la punta de Revellar llena de oquedades. Entre el Cap Xoriguer y la punta de Morabetí se abre la amplia ensenada de Port Ganduf, buen fondeadero, pero abierto a vientos del norte; a la derecha se encuentra cala Ganduf.

Viene a continuación una pequeña rada, luego una mayor, la llamada Des Forn de Calç, con el barranco que rodea la Guardia y una casita junto a la orilla.

Más adelante, hacia la punta izquierda de la ensenada se encuentra la cala de Santa Maria, de laderas rocosas muy derruidas y con una cueva marina en la que se puede penetrarse con una embarcación.

Damos seguidamente con un promontorio estratificado, con unos cantiles muy abruptos y con el saliente del Morabetí, al principio bastante bajo y rocoso y con una profunda cueva marina, la cueva de En Pepeu, a la que siguen un cabo rocoso muy pronunciado, un paraje muy escarpado llamado Sa Corda, y el morro homónimo que le da fin.

Viene a continuación el voluminoso Morro des Cap Ventós, con anchos estratos blancos muy separados.

Surge al punto la ancha y profunda ensenada de la Olla, buen fondeadero, pero abierto a los vientos del este, y después de los blancos cantiles de un conspicuo saliente aparecen Es Burrí y su pequeña cala, cuya punta homónima limita de esa parte la ensenada dicha, salvada la cual damos con la cueva Des Frares, a la derecha, y con la cueva de la isla de Ses Bledes, abierta y poco profunda.

Caen ahora los cantiles a pico dejando ver numerosas oquedades y oscuras cuevas y aparece ante nuestra vista el Freu de s’Illa Imperial, angosto canal entre esta y Cabrera. El lugar es francamente hermoso. La voluminosa isla Imperial se eleva a considerable altura con paredes rocosas muy abruptas y de color rojizo a las que Cabrera opone en este punto farallones muy semejantes en impresionante conjunto cuya majestuosidad acentúan los halcones que anidan en las alturas.

Damos seguidamente con es Codolar Dets Estells con sus blancos cantiles, y junto delante de esllos S’Estell d’En Terra. Y más allá, de nuevo escollos, antesala del promontorio de la punta de Enciola con su faro, precedida por la cueva Des Calamars.

 

Y a continuación la amplia cala d’Enciola, precedida de peñascos y con la casita Des Ferrer al fondo, muy próxima a la orilla y al comienzo del camino que por el collado lleva hasta el puerto.

 

 

El faro, en el que vivían tres fareros con sus familias, es una elevada construcción cuadrangular de mampostería con apliques brillantes y torre, zócalo y balaustres de la terraza, en cambio, de piedra de Santanyí.

 

 

Después de cala Enciola y precisamente en la linde de esta se encuentra la terrosa punta del Coll Roig con un saliente muy erosionado.

El morro de Ses Mosques o de Na Piquemosques forma un cabo con estratificaciones oblicuas que entremezclan sus colores rojizo y amarillento entre los que se intercalan conspicuas grietas.

Viene a continuación una cueva horadada, la cueva Foradada, y por encima de un escollo solitario un otero rocoso llamado S’Home de Bonze y un abrupto paraje, de nombre Mal Entrador, con su morro homónimo y estratos horizontales. Más adelante se suceden algunos escarpes desmoronados y el saliente de cala Galiota con el voluminoso pero no alto Cap d’En Sebastià o d’En Tià.

En lo alto de cala Galiota se encuentra una hermosa cueva con amplia abertura, la cueva Des Frare o de S’Ermita, con paredes verticales y algunas estalactitas en paredes y fondo. En la cueva, de fina arena amarilla, se ha formado una especie de rampa por la que puede descenderse, no sin dificultades bien es verdad, pero con empeño justificado por la belleza del lugar, con dos pintorescas columnas naturales, grande la de la derecha, pequeña la opuesta, que pueden rodearse para acceder a un espacio poblado de enormes estalactitas ora aisladas ora unidas a estalagmitas en impresionantes formaciones pétreas. La cueva mide 60 pasos de largo y casi otros tantos de ancho y recoge en su fondo las aguas de filtración que bañan las estalactitas.

Otra gran cueva marina es la llamada cueva de S’Amic, también con grandes formaciones estalactíticas bajo las cuales puede guarnecerse fácilmente un bote y hasta hacer aguada, si lo requiere, del remanso acumulado por las estalactitas. Sigue a esta un cabo con oscura cueva en lo alto que forma como un puente natural por el que se alcanza a divisar el exterior, e inmediatamente después damos con el extremo más distal del Cap Llebeig, salvado el cual y en los derruidos farallones opuestos a la bocana se abre otra gran cueva a la que se ha dado en llamar Sa Cuina del Bisbe.

Entre las islas que forman la semidescompuesta cadena montañosa otrora de unión entre Mallorca y Cabrera, de hecho más bien islotes o escollos, destaca una de más entidad, Conillera, también llamada Illa d’es Conills, la antigua Tricuadra.

 

Al sur de Conillera, muy próxima, se encuentra la isla Rodona, apenas cubierta de algunos matojos. Forma en las partes norte y este empinados cantiles muy erosionados que al borde del mar presentan numerosas oquedades y cuevas; más baja y redondeada en sus otros lados pespuntea ahí su perfil con grandes bloques de piedra. Al noreste de Conillera yacen la oscura Esponja, Plana y Pobra, también Illa des Pobres, que ganan altura hacia el oeste y la pierden hacia el este. Entre las islas Pobra y Forradada quedan los tres escollos yermos llamados Ets Illotets. La Illa d’Enmig muestra hacia el sureste un arco de piedra natural; la Foradada, de cumbre llana como La Plana, surge de las aguas en vertical y con grandes estratificaciones harto regulares presenta hacia el sur cantiles a pico y dos islotes feudo de cormoranes, mientras que en la parte orientada al este han sido tallados unos escalones y tres rampas de acceso. Cubren la rocosa cima variadas especies halófilas y abundante hinojo marino."

Archiduque Luis Salvador de Austria. Las Baleares por la palabra y el grabado. Mallorca: La isla. Ed. Sa Nostra, Caja de Baleares. Palma de Mallorca. 1.982.

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