Llegada por mar

“Sólo de vez en cuando se oía los chillidos de las aves marinas que pasaban o los rugidos lejanos de los camellos en la costa. Una playa arenosa se extendía delante de nosotros lejos, muy lejos hasta una distancia interminable. En la misma una hilera de casas blancas, a la derecha colinas bajas y pálidas, calientes por el ardor del verano, encima una pequeña iglesia aislada. A la izquierda, lejos, una sierra transparente como salida de un cuento, dibujando un arco amplio en el horizonte. Así se presentaron La Goleta y Túnez delante de nuestros ojos. La última ciudad aún no se veía claramente; en la lejanía brumosa aparecieron como desde el fondo de una laguna pantanosa las siluetas frágiles de un mar confuso de casas como las pinceladas descuidadas de un pintor cansado de una obra maravillosa. A pesar de la vaguedad y monotonía esta imagen representaba para mí algo fascinante en mi alma al verlo, al entretejer recuerdos históricos con estímulos nuevos de una manera maravillosa.”

Archiduque Luis Salvador de Austria, Tunis. Ein bild aus dem nordafrikanischen leben, Heinrich Mercy, Prag, 1870

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