“El puerto de Bizerta se halla en un punto en que todos los barcos que hacen la travesía hacia el Oriente y de retorno están forzados a reconocer con el fin de evitar los bancos Skerki y, sin desviarse, pueden renovar sus reservas de carbón al mejor precio.
Tienen carbón francés, inglés y belga al precio de 20 francos la tonelada, mientras que cuesta 24 en Túnez.
El agua de fuente es suministrada por un barco cisterna en la bahía y viene a través de una conducción directamente en el muelle. Cuesta unos 2 francos por cada metro cúbico si se recoge en el mismo muelle.”
Archiduque Luis Salvador de Austria, Bizerte, J. Rothschild, Paris, 1900 (Prague, 1897)
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