“Toda nuestra vida está regida – si creemos a Sigmund Freud – por dos fuerzas dominantes: eros y thanatos, un principio de placer y un principio de muerte. Un impulso vital de nuestro ser hacia la unidad, el crecimiento, el anhelo fáustico, la energía erótica eficaz y una pulsión de sufrimiento, de represión, de angustia, de dolor.
Ciertamente la vida de Luís Salvador es el discurso del eros y del thanatos. Cuando era feliz jugando con su hermana en los jardines del palacio Pitti, llega el exilio; cuando disfrutaba del placer del amor juvenil, la muerte de la Archiduquesa Matilde lo hundió en la más profunda desolación; cuando había planificado con todo entusiasmo viajar a Dalmacia, la prohibición del Emperador le rompe toda la ilusión; cuando estaba a punto de conseguir el barco que debía de hacerlo más libre e independiente, muere el padre y la esperanza se transforma en una espera angustiosa”.
Trias Mercant, S., L’Arxiduc Lluís Salvador, una història de vida, Ed. Cort, 1994
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