No es sitio este para relatar cotilleos ni crónicas de sociedad, pero haciendo un paréntesis en nuetras investigaciones científicas -y de otro tipo- hoy nos tomaremos la libertad de hacer una pequeña y merecida mención a Catalina Homar, una de las mujeres en la vida del Arxiduc.
Hija de un carpintero de Valldemossa, desde niña estuvo merodeando por la finca de s'Estaca donde se encargaba de llevar comida y agua a los trabajadores. Un día el Arxiduc se fijó en ella y la contrató llegando a ser "Sa madona de s'Estaca", (la mayoral de toda la gran finca) única mujer que ejercía esta responsabilidad en toda la isla, y obteniendo grandes producciones de uvas Moscatel y Malvasía hasta que la filoxera acabó con este cultivo. Hasta el mismo día de su muerte, por sífilis u otra enfermedad, no abandonó la finca.
El Arxiduc se refería a ella como "Sa nina" (la niña) y la llamó así siempre. Le dió estudios, le enseñó idiomas, se la llevó a conocer mundo y le concedió todo el poder de la finca, algo impensable en Mallorca en esa época.
Como todo el mundo da por hecho, suponemos (y aquí me ceñiré a nuestra vertiente más científica) que existió una relación amorosa entre ellos; aunque subrayaré lo de "suponemos" ya que no lo hemos podido comprobar.
En el interior de la Cartuja, en el interesante museo de Municipal de Valldemossa, donde su alcalde, Nadal Torres Bujosa, nos dio una ámplia explicación sobre la relación entre el Arxiduc y el pueblo de Valldemossa, admiramos varias salas de dicho museo dedicadas a la figura del Arxiduc.
En este museo nos detenemos en una edición del libro que el Arxiduc dedicó a Catalina Homar después de su muerte y en dos cartas entre ellos, muy elegantes y nada románticas, pero en momentos especiales como por ejemplo justo después de que el Arxiduc asistiera al funeral de su venerada prima Sisí Emperatriz. Datos que justifican la "crónica rosa" de hoy y definen a Catalina Homar como una mujer importante, de bandera y que bien merece estar en un museo.
Nadal Torres Bujosa, alcalde de Valldemossa.
Libro del Arxiduc dedicado a Catalina Homar.
Cartas de ambos. "Muy estimado señor," encabeza Catalina Homar.
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