De Ses Salines a Palma (8)

29/01/2014 10:22:59

"La redonda torre del puerto de Campos, de 10 m. de alto por 4,20 m. de diámetro y parapeto de casi cuatro palmos de grosor con saeteras nos permite contemplar una “caleta” abierta de orilla pedregosa, el Caló de Sa Torre, al fondo del cual y en parte izquierda hay algunas casas y un pequeño pozo. Frente a la punta de la torre se encuentra la llana isla Corberana y doblada aquella, una “raconada” y otra punta opuesta a la isla Plana; tierra adentro, varios molinos de viento y la casa de las salinas. Al cabo del trecho rocoso del “carregador” y por delante del embarcadero damos con la llana y peñascosa isla Llarga y con el Illot.

La costa se extiende ahora  a lo largo de las playas de Campos con dunas pobladas aquí de pinos allá de zumaque y en última estancia limitadas por la doble punta de Ses Covetes. Aparece seguidamente la torre de Sa Ràpita en lo alto de un promontorio. Construida en 1595 en forma cónica, mide 10 m. de alto por algo más de 4 de ancho, con parapeto de tres palmos de grueso y montante recto de igual altura. Guardan la torre tres troneras de cañón y cuatro saeteras. Hay media docena de casitas dispersas y a cierta distancia dos grupos más, el primero compuesto de tres y el segundo de cuatro, todas nuevas, en el lugar llamado Son Durí. Llegamos así a la punta de S’Estanyol y a la isla homónima, paraje que acoge la presencia de siete cabañas, tres de ellas blancas de cal, y dos barracas para botes junto a un amplio “escar”. Media entre costa e isla un brazo con muy poco fondo y la segunda presenta un escollo a flor de agua en su extremo más próximo y un “escar” cubierto en el más lejano. Doblada la punta aparece Cala En Paiàs, rocosa, con orillas de marés, un par de cabañas en su parte izquierda y una cantera de marés en un leve promontorio en su centro. Sigue a esta una punta apenas marcada por algunos peñascos a flor de agua y dominada por la torre D’Esterell o de la Estalella.

Al poco, la cala de Ses Covasses con sus numerosas formaciones estalactíticas. La Cala, limitada en su parte derecha por una punta con torre cimera, dibuja un largo arco en el fondo del cual, donde desemboca un torrente, hay una playuela arenosa.

La torre de Cala Pi, erigida en 1457 y reconstruida en 1595 y 1662, es redonda en la base y recta en su coronamiento, con cornisa doble, casi 11 m. de alto por algo más de 6 de diámetro y parapeto en barbeta de más de tres palmos de grueso.

Viene a continuación la angosta y rocosa Cala Beltrán y al poco un terreno muy abrigado con dos umbrías barrancadas pobladas de pinos y los escarpes de la punta del Bancal con estratos horizontales o levemente oblicuos. Divisamos la cueva Dels Ossos, pequeña y negra cueva próxima a la orilla. El Clot des Cap Blanc es una ensenada con los restos de una otrora garita de vigía. Hasta la torre del Cap Blanc se extiende un terreno que gana altura gradualmente ora garriga ora pinar. Rocas calizas en forma de meseta y seis barracas rodean la torre de algo más de 8 m. de alto por 4,5 de diámetro y parapeto de tres palmos de grueso con pequeña puerta rectangular, base cónica de sillares de marés y sección redonda superior en altura igual. Fue erigida en 1597.

Desde la terraza del edificio del faro con baldosas de mayólica se tiene una magnífica perspectiva de Cap Salines, Cabrera con Conillera, Cap Enderrocat y Cala Figuera, y desde la de la torre se abarca incluso el grupo de los altos de Randa y de Llucmajor. Quedan a espaldas del faro una casa para los obreros que en su día lo construyeron y cinco cabañas semiderruidas.

Desde el Pou Salat hasta el prominente Cap Enderrocat con su torre cimera se extiende una ensenada en forma de arco, al principio con escarpes de altura media y angosta barrancada, la Regana, en cuya desembocadura se abre la cueva de igual nombre, lugar buscado por las gentes de mar con sus botes para permanecer algún tiempo a la fresca. Seguidamente aparecen a nuestra vista la casita en ruinas de S’Almadrava, donde se pesca el atún, una caleta con una estrecha playa de arena, Cala Vella, y dos cuevas, la del Puntarró y la Dels Coloms. El saliente de Cap Enderrocat, donde la costa empieza a perder altura, muestra en lo alto una torre redonda de 10 m. de alto por  4 de diámetro.

Por último del Caló de Ses Mosques con una conspicua torre entera surge una pequeña punta en la costa del marés muy batida por el tiempo y el Cap de S’Arenal con algunas canteras de marés; sigue el Caló de Sa Cova y de nuevo canteras de marés, pertenecientes a Son Verí.

El pinar de Son Sunyer en contraste con la blanquísima playa, el contorno de los altos de Son Seguí y las montañas al fondo componen una estampa de particular belleza.

Pasado un hostal próximo a la orilla viene S’Estnay, recogida caleta al pie de unas dunas de arena opuestas a la isla de La Galera. Cesa aquí la playa y comienza una costera suavemente inclinada. La isla es bastante llana, baja y rocosa. Siguen a ella la cueva de Sa Gata, Son Mosson y la ribera rocosa de la torre D’En Pau frente a la que se abre la pequeña rada de Cala Gamba. Quedan a sus espaldas las casas del Coll d’En Rabassa y luego las orillas de Paret Blanca y torrente Gros, amén de las casa de Figueres Baixes y del Portitxol, Ses Troneres y el Molinar de Llevant a modo de antesala de Palma."

Archiduque Luis Salvador de Austria. Las Baleares por la palabra y el grabado. Mallorca: La isla. Ed. Sa Nostra, Caja de Baleares. Palma de Mallorca. 1.982.

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