Mallorca

"Es curioso, sin embargo, que la vista sólo se fije en detalles, como un par de ventanas, una puerta, un patio, una escalera, y que no se encuentre una casa que sea completa en su riqueza arquitectónica, para ser considerada artísticamente como un todo acabado. Tal vez las únicas excepciones sean la Casa Consistorial, la casa del Marqués del Palmer en el Carrer del Sol y algunos edificios modernos muy notables.

En Palma apenas quedan vestigios de la arquitectura árabe, siendo notable que una ciudad morisca, tan importante, hubiese podido ser transformada tan completamente por sus conquistadores cristianos. Unos baños, algunas torres fortificadas, el arco de entrada del Palacio, es todo cuanto queda de este periodo. Los edificios principales que pueden verse todavía son de la época medieval o del Renacimiento. Entre los primeros brilla como una joya espléndida la Llonja, y son muy características las ventanas de casas particulares con dos, tres y hasta cuatro arcos, sostenidos por columnas muy finas que semejan tallos de flores y que suelen ser de una caliza numulítica muy dura. Los capiteles de estas columnas son muy diferentes, tetragonales, con ornamentación vegetal de hojas principalmente y aún con bastante frecuencia llevan rosetas en sus caras laterales.

La ventana más corriente es la de tres arcos engastados en una superficie lisa, aunque a veces está animada por los calados de una serie de rosetones. Desgraciadamente estas ventanas que ornamentan tan armoniosamente la fachada y a las que se denomina coronelles, en el transcurso del tiempo han sido desplazadas muchas veces por balcones salientes, o han perdido sus columnitas, siendo cada vez más raro poderlas contemplar en su estado primitivo, pues las conservan únicamente unas pocas casas.

La floración de la época del Renacimiento produjo tesoros artísticos muchísimos más ricos que el gótico; de este periodo proceden los detalles arquitectónicos más bellos de la ciudad, particularmente ventanas, que algunas veces llegan a representar casi una prodigalidad de la riqueza. Pero donde este estilo se presenta con todo su valor es en los zaguanes. De la época del barroco quedan pocos restos limitados a la ornamentación de algunos escudos nobiliarios, y algunos zaguanes que, con todo, conservan el carácter del Renacimiento. No se puede decir de España, como de otros países, que un estilo haya dejado su lugar para ser sustituido por otro, sino que los diversos estilos particulares han podido convivir muchas veces entrecruzados de un modo sorprendente. Es algo muy característico que en España, durante los siglos XVII y XVIII, se continúe construyendo dentro del estilo gótico, mientras que los demás países, en dicho tiempo, habían eliminado por completo el arco apuntado."

Archiduque Luis Salvador de Austria. Las Baleares por la palabra y el grabado. Mallorca: Ciudad de Palma. Ed. Sa Nostra, Caja de Baleares. Palma de Mallorca. 1.982.

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