Pitiusas

Sant Josep, cabeza del término municipal de igual nombre y sede del Alcalde, no es un pueblo propiamente dicho como tampoco lo son la mayoría de los demás asentamientos humanos de la isla, sino simplemente una parroquia con algunas casas de payés agrupadas y otras diseminadas a alguna distancia. Esta feligresía contada con 1.028 habitantes en 1.840, y con 1.179 y 1.304 en 1.850 y 1.860 respectivamente.

La iglesia ocupa prácticamente el centro del pequeño núcleo de casas, aunque algo más cerca que estas del valle. Fue construida en los años 1.753-1.754, época en que tuvo lugar la erección de la mayoría de las iglesias rurales ibicencas. Se trata de un edificio sobrio, alargado, provisto en su parte delantera de un pórtico con arcos y de un campanario. El interior presenta una sencilla bóveda de cañón y capillas laterales con altares barrocamente recargados.

Para llegar desde Sant Josep a Sant Antoni hay que alcanzar primero la parroquia de Sant Agustí d’es Vedrà, distante, apenas una hora. Y justo detrás de la casa rectoral de Sant Josep se inicia el camino, bastante malo, que dejando atrás unas cuantas casas blancas aisladas, con pequeños huertos de chumberas y varios algarrobos y pinos, desciende abruptamente hacia el valle que se extiende en dirección al mar, donde la distante ensenada de Sant Antoni le sirve aquí de fondo.

Al poco el camino llega hasta el mar, por cuyas orillas prosigue en dirección a Sant Antoni. La playa es arena arcillosa, en la que crecen grandes y frondosas sabinas y algún que otro pino. Dos puentecillos nos permiten salvar sendas acequias que a modo de desembocadura del Torrent d’en Buscatell, cuyas aguas atraviesan casi todo el valle de Sant Antoni, se dirigen a la bahía. Llegamos por último al camino que enlaza Sant Antoni con Eivissa, tocando ya las primeras casas del pueblo.

Sant Antoni de Portmany llamado comúnmente Sant Antoni a secas, es la población principal del término y, como ya hemos mencionado en anterior ocasión, además de santa Eulària, el único pueblo de la isla con denominación de Vila. Con todo, Sant Antoni es mucho más importante que Santa Eulària, tanto por lo que hace a número de habitantes como a situación. Se encuentra situada a orillas del mar, en terreno llano, con una pequeña elevación sobre la que se erige la iglesia.

Poco es el movimiento apreciable por regla general en Sant Antoni. Solamente el día de San Bartolomé se celebra una gran fiesta que congrega a campesinos de todas partes, prestos a intervenir activamente en todas las ceremonias religiosa, bailes y comidas populares.

Archiduque Luis Salvador de Austria. Las Baleares por la palabra y el grabado. Primera parte: Las Antiguas Pitiusas. Ed. Sa Nostra, Caja de Baleares. Palma de Mallorca. 1.982.

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