“Convencido de la ventaja que la Mola ofrecía como defensa del puerto de Mahón, el gobierno español decretó en el año 1848 que se empezaran los trabajos de fortificación, cuyo tramo terminado en 1852 se bautizó con el nombre de fortaleza de Isabel II. A partir del año 1864 se reemprendieron con ahínco los trabajos y se continuaron si interrupción. Se dice que la Mola ha costado al gobierno (finales de 1888) 13 millones de pesetas.
La Mola ha constituido para Menorca una fuente de riqueza, no únicamente para la muchas familias de la isla que, de no haber sido por el trabajo que encontraron allí, habrían tenido que emigrar a causa de la miseria, sino también para muchas familias de Mallorca y de Ibiza que llegaron y se asentaron en Menorca.
¡Ojalá fuera esto para España un augurio propicio de su pacífico desarrollo futuro y ojalá esta fortificación ubicada sobre los montes más orientales de España en el Mediterráneo, dominando vigilante por encima de su oleaje, preserve para España, cual inmenso centinela, esta isla que en tantas ocasiones ha sido la manzana de la discordia!”.
Archiduque Luis Salvador, Menorca, 1897, La Foradada, 2000
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