Bailes

"Tanto en los bailes privados como en los públicos gustan las muchachas de tirar confites a los pies de su amado, quien los aplasta al bailar. Niños y algunas veces mayores aprovechan esta circunstancia para hacerse gratis con algunos dulces. Los músicos que tocan en los bailes privados son pagados a razón de 4 ó 5 reales, percibiendo el violinista un poquito más. También es algo más elevado el sueldo concedido a los tocadores de “xeremies” y “tamborino” en los bailes públicos. Por lo común el baile es acompañado de castañuelas, que toca preferentemente el bailarín; de no contar una de las parejas con el instrumento en cuestión, pronto habrá quien, entre las demás se lo ofrezca al punto gustosamente. En ocasiones las castañuelas son reemplazadas por el chasquido de los dedos. Casi todos los danzantes calzan zapatos, las muchachas "rebosillo", y su pareja sombrero.

Tres son los bailes preferentemente interpretados en Mallorca: el “fandango”, la “jota” y el “copeo”, y como revelan sus nombres, han llegado a Mallorca en un tiempo u otro procedentes de la Península. De la otra larga dependencia de Mallorca del reino de Aragón cabe inferir la popularidad alcanzada por la jota en la isla, al igual que la introducción del fandango se debe al vivo comercio de antaño con las costas del sur de España. Cierto es que en Mallorca estos bailes fueron adaptados al carácter más aposentado de sus habitantes, y tanto así que siendo tan diferentes la vivacidad e ímpetu de las manifestaciones isleñas, en comparación con sus homónimas peninsulares, resulta difícil considerarlas parejas, de nos er por su identidad musical."

Archiduque Luis Salvador de Austria. Las Baleares por la palabra y el grabado. Mallorca: Parte General. Ed. Sa Nostra, Caja de Baleares. Palma de Mallorca. 1.982.

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